miércoles, septiembre 08, 2010

Conversándo

No soy seria, soy callada que es algo totalmente diferente, porque suelo reírme y mucho... aunque mi risa suena más a la de una bruja celebrando una maldad que a risa común... de hecho recuerdo que hace casi un año en temporada de muertos y todo ese rollo puse en mi celular el timbre de la risa de una bruja, el de "hiajajaja", algo así.

El punto es que estaba con las compañeras de trabajo y sonó mi cel, todas me miraron y una me preguntó ¿y ora tú, de qué te ríes?. Yo estaba sería y le dije: no soy yo es mi celular, y que me dice: Es que se oyó igualito. Sí, gracias.

Bueno, no lo voy a negar, si me río como bruja de cuento de hadas, pero ése no era el punto.

El punto es que la primera impresión que doy a la gente es que soy gruñona, como un ogro, cosa totalmente falsa, pero no soy de las que se ponen a hablar hasta por los codos con cualquier desconocido.

Contra todo pronóstico, mantuve una conversación que, si bien puedo eliminar de mi memoria porque consistió en un 30% buena conversación (sobre libros... de auto ayuda... tal vez deba considerar el 30 y dejarlo en 1%), pero el resto un desperdicio de mi tiempo, voy  a rescatar lo importante, me preguntó y no es el primero ¿qué me molesta en las conversaciones?

Y yo con lo tierna que soy, que le digo: Ahorita mismo te imprimo una lista de los temas permitidos en mis conversaciones.

Pero dejando a un lado el sarcásmo creo que no es tan mala la idea, y considerando que me gustan las listas (a aparte de mí, claro) ahí va:

En conversaciones conmigo:

1. Evita sonreír tontamente.

2. No repitas las cosas más de una vez, ni me preguntes lo mismo dos veces, eso me da a entender que eres en verdad corto de cerebro.

3. No me preguntes ¿Estás enojada?, me enerva.

4. No me cuentes detalles de tu vida, principalmente si apenas llevas cinco minutos de concocerme, sinceramente no me interesa a qué edad se te cayó la muela, ni de dónde es tu abuelita.

5. Evita plantarme retos para "probarme" a menos que aceptes las consecuencias. Soy maniacobsesivacompulsiva y ahí si ni como salvarte.

6. Si yo no te invité a una conversación, no es mi responsabilidad mantenerla.

7. Evita las conversaciones en las que el 90% son groserías y 10% restante son los conectores (ya las digo también, pero que se vea variedad en vocabulario).

8. Evita comentarios idiotas, u obvios, porque sólo provocan dos tipos de reacción en mí: haciendo un comentario a tu estupidez o una mirada apáticaburridasqueada.


9. Se original.


10. Defiende tus opiniones. Luego toman lo que yo digo como ley física cien por ciento demostrada e irrebatible, lo cual es cierto, pero no lo tomes sólo porque yo lo digo, permiteme convencerte (además existe la muy remota posibilidad de que me equivoque. Suele ocurrir cada año viciesto o menos). Soy manipuladora, me gusta manipular no echar la maldición imperius a lo loco. Muy contrario a mi peinado a lo Bellatrix, no soy una mortifaga. Ni siquiera tatuajes tengo. Mmm, quiero un tatuaje en el interior de mi muñeca...


11. Evita a toda costa la frase "quiero ser tu amigo" (y todas sus variantes), que me hace sentir en compañía de Barney y me da miedo que en cualquier momento comiences a cantar.


12. No trates de adivinar la impresión que me das o lo que pienso. Mi cabeza funciona muy diferente. Para mí la locura es una cualidad.


13. No te disculpes cada cinco minutos porque creas que me ofendiste. No soy de cristal, si me ofendes no me rompo, te regreso la ofensa con intereses a un año con la taza más alta. Para mayor información sobre cuotas de cobro anuales, contacta a la empresa en horas laborales. Gracias.


14. Si no te agrado sólo vete, no me ofendo, de hecho lo tomo como un favor personal.


15. No me interrumpas, lo que genera a que te ignoré como si del bote de basura se tratara.


16. Piensa lo que dices, no una ni dos veces. Tres. Según el manual de Carreño o algo que oí por ahí: Piensa Porqué lo dices, Cómo lo dices y Para qué lo dices. Así se anulan los comentarios idiotas.


17. Sobre todo y ante todo, mil veces los silencios incomodos a los comentarios estúpidos.


18. Sobre todas las cosas, prefiero un buen libro a una conversación superflúa.

¿Qué ofrezco a cambio? Todo depende de mi humor, de tu forma de hablar y si tengo las ganas de conversar.


Sé que soy una mala pareja para conversar, muy antisocial y egolatra, pero ¡Hey! Yo no suelo andar por ahí hostigando a la gente para hacer "amigos", sí lo hago entonces ignorame, por mí no hay problema.


PD. Para complementar la información: Consejos, No deberías, y Stronger Than Me... Por si a caso.

11 comentarios:

Ricardo dijo...

Haha! Suena bastante logico
Saludos

Mystique dijo...

Vaya, yo quiero ver el peinado de Bellatrix, ja.
En fin, debes ser bastante selectiva con quién hablas ¿no?
Supongo yo...meh, eso es bueno.

Mar dijo...

¿Verdad que no pido demasiado, Ricardo?... Saludos.

Ja, es más bien la forma que tiene mi cabello de comportarse, Mystique. Saludos.

Ricardo dijo...

Haha, no, que va! Es lo que todos los entes pensantes queremos de una conversacion, aunque las conversaciones basura entretienen de vez en vez...

Saludos!

Michell Cerón dijo...

Hay pocas cosas que superen en encanto a una conversación entre espíritus afines, a pesar de que muchas veces las palabras sean incapaces de expresar los movimientos interiores de nuestro curso metafísico, puesto que nuestro lenguaje no conoce más que vibraciones particulares y localizadas de la vida, y es inútil para expresar las profundidades del pensamiento, más también hacen respirar un mundo superior y hay encadenamientos de palabras que levantan mundos al ser pronunciadas y los destruyen al callarlas. La manzana es más manzana cuando la nombro, el río brilla más en su sonido, hasta el amor es nada cuando lo callo.

Entonces, cuando caminando por el mundo encuentras esos cerebros activos y abiertos; de esos que hacen mala figura, pero que leen, piensan, rumian y tienen curiosidades insólitas y sueños extravagantes en la cabeza, se crea una conexión que liga las almas a través de palabras furiosas, palabras bellas, palabras terribles, palabras que se quedan grabadas en el espíritu y en la mente, cuando parece que es Dios el habla por boca tuya, y todo es luz, y todo se abre, y todo es límpido y armonioso como el agua de un hermoso río y se producen esos instantes en los cuales el alma se convierte en fuego, como el fuego, en aire, como el aire en amor, como el amor, en vida, esas horas en las cuales, por una misteriosa locura, todo es posible y todo es sagrado y no se sabe decir cuál es el mundo y cuál es tu alma


Zadig

Michell Cerón dijo...

Un encuentro de mentes en donde se realice con soltura la práctica de la esgrima dialéctica cada vez resulta un acontecimiento más y más raro, casi siempre y por todos lados las conversaciones son solo fuegos fatuos, fosforecencias engañosas, resplandores velados, chispas que surgen y se apagan en un instante, no son la llama —son promesas, tentaciones, halagos; son la yesca siempre renacida de la vanidad, son la confortación extenuante del maldito infecundo, son los guiños agónicos de un aborto.

Y todos esos breves soplos de palabras mal unidas no llegan a ser el vendaval huracanado que barre el mundo y levanta a los hombres hasta los ángeles y las estrellas; todas esas impresiones desligadas, esas pequeñas ideas sin compañía, esos brincos relegados luego abajo esos pequeños apuntes, esas expresiones felices que no logran ordenarse, organizarse, vivir juntas, fundirse en un intercambio de ideas, delirios e infinitos pleno y cumplido, no aprovechan ni cuentan nada

No hay que esperar en eso. Antes bien, sería mejor que no hubiese nada. Esos resuellos de flaca genialidad, son la marca de infancia y de tortura del hombre mediocre, del que no es bestia perfecta, ni genio supremo, que no es planta tranquilamente vegetativa ni alma furiosamente creadora, ni sordo montón de materia, ni columna de fuego ante los pueblos, sino simplemente un mal conversador

Michell

Michell Cerón dijo...

El mayor valor que encuentro en los intercambios dialécticos es esa necesidad cerebral de disolver y disecar la fe de los demás, en arruinar sus tentativas de teoría, de afirmación, valiéndome no sólo de su debilidad e ignorancia, sino también de su propia mala fe y pésima voluntad. Experimentar el gusto metiendo la duda en la cabeza de los dogmáticos, hacer callar a los ardientes, ridiculizar a los fanáticos, humillar a los charlatanes. Tal vez sea un placer amargo, malo, estéril, pero es mi placer. Y todo sirve en esta guerrilla cotidiana contra todos: las citas eruditas, la idea nueva, el argumento ad hominem, la descomposición dialéctica, el examen de la palabra, la contradicción cogida al vuelo, la chanza, la argucia, la burla, la mirada de compasión, la sonrisa humorística, el guiño, la facilidad de improvisación, la experiencia de las diversas filosofías, la carcajada, la injuria. Con tal de hacer sentir sobre los hombros de los demás la superioridad de mi talento y de mi doctrina, toda arma, todo método, todas las insidias tácticas, los lazos infalibles o golpes maestros son buenos

Y así la conversación se convierte en el exaltante desenterramiento cotidiano de mi yo: el descubrimiento, la restauración perpetua de mi inteligencia de lírico de concepto y de sondeador
de profundidades

Étienne

Michell Cerón dijo...

…Quedan pendientes las opiniones de mis otros yo, todos tienen la desventura de habitar un cuerpo demasiado perezoso, más seguramente después vendrán Graham o Guillaume a admirar el estilo cínico y por lo tanto encantador de tus futuras entradas y a malvivirse en halagos que tú encontraras faltos de ingenio y francamente molestos, pero oh!.. son solo un par de idiotas que carecen de genio y malgastan su tiempo componiendo poemitas en verso y seduciendo a muchachillas tontas haciendo uso de una mixtura sabrosa de facilidad, de investigación, de espíritu, de lugar común acaramelado, de filisteísmo un tanto brillante que place a las señoras, a los profesores, a los abogados, a los hombres de mundo, a las famosas personas cultas, en fin, a todos aquellos que son término medio, que están entre cielo y tierra, entre el paraíso y el infierno, lejanos igualmente de la profunda animalidad y del genio grande, conversar para ellos es solo un medio un tanto vulgar para conseguir recompensas innobles, por lo tanto nada tenían que decir en esta entrada sin haberse sentido avergonzados por la poca seriedad de sus procedimientos conversacionales.

He aquí explicadas en pocas palabras, —impaciente madame—, las razones de su silencio sobre su post. Comprendo demasiado bien que los motivos del silencio son más ofensivos que el silencio mismo,
pero ¿cómo quiere que yo lo remedie?

Mar dijo...

Todo es parecido al silencio. ¿Cómo saber si un árbol al caer en medio de un bosque abandonado hace ruido si no hay nadie para escucharlo?

Espero que las palabras dignas de ser pronunciadas y escuchadas (e incluso, escritas) tengan más sentido, aún en su demencia que la de los Dioses caprichosos e inexistentes, incluso más volubles que yo (y eso ya es decir bastante).

El amor, siempre comparado con algo que daña al tocarlo y al mismo tiempo imposible retener entre las manos... En eso coincidimos, Zadig.

"... donde se realice con soltura la práctica de la esgrima dialéctica" y si no se encuentra: "Antes bien, sería mejor que no hubiese nada". Ése es mi objetivo en particular, Michell.

¿Y quién rige las normas del placer?, ¿Quién le puede prohibir al masoquista el sufrimiento sin herirlo al hacerlo?, ¿Quién le puede quitar el sabor del cerebro humano cocinado que degusta Hanibbal Letter?

La mayoría busca espejos en los demás, mientras yo sólo me encuentro en mi reflejo, y en las imágenes convertidas en palabras vomitadas por los dedos de mis manos, ordenadas gracias al teclado de la computadora, Étienne.

Los motivos del silencio no pueden ser más ofensivos que el silencio mismo, puesto que yo sólo escucho y prefiero lo segundo. Que mi interpretación de tales sólo me concierne a mí y a todo lo escrito que leo, déjame interpretarlo como me plazca, que sí bien, los futuros comentarios te son faltos de ingenio, mi mente pondrá en ellos lo que haga falta. Para bien o para mal. Pero sin ninguna duda, algo con lo que hace bastante tiempo no me he topado.

MAK

Guerrero dijo...

Jaja me sentía lgo identificado... el problema es que a mí me obligan a socializar sino después tengo que sopoertar berrinches... Sabes qué seguiré tus puntos, nunca había pensado en la importancia del ego.

saludos

Mar dijo...

Me alegra que le sirva a más gente a parte de mí. Establecer parámetros para no perder tiempo.

Saludos, Guerrero.