El Reloj del Conejo

Marcia: El tiempo corre y camina, o bien en marcha lenta sin detenerse jamás, ignorando si aquellos que lo consideran tan importante van tras él o se quedan en un momento dado, ya que en su andar no le importa la fidelidad, sólo rige sin miramientos, cuál ley de piratas “Si uno pierde el paso, se le deja atrás”

Karolina: Se rodea de compañeros tan buenos como malos, y aún a estos los deja atrás una y otra vez, les dedica un tramo. Nada más. Su compañía es tan irresistible y tan dominante que no hay quien alce la voz diciendo que no le pertenece.

Ann: El tiempo tan infinito y tan finito, en cada instante termina y empieza, como una gotera en el lavabo que en cuanto una gota cae, nace una nueva, así de estresante es el tic-tac, monótono y aburrido cuando se le presta atención, e invisible y apreciado cuando pasa inadvertido.

Karolina: Bendito el tiempo cuando no da marcha atrás y maldito cuando queremos que lo haga.

Marcia: No respeta dolor ni alegría, igual pasa como si no ocurriese nada. Tal vez sea que es ciego, tal vez sea que no le importa nada más que seguir marchando, y ¿por qué no? Si de eso depende su propia existencia, si de eso depende nuestra existencia.

Karolina:Voluble incluso más que nosotras, pero sin duda más firme, convirtiéndolo en el más cruel tirano, arrebatando la felicidad, trayendo consigo peligros eminentes y la trágica muerte, pero claro, ¿porqué hemos de pedir que se detenga si nosotras no lo hacemos?, es que siempre espera más de todos y de todo. Da y arrebata oportunidades al mismo tiempo.

Ann: ¿Esto es una oda al tiempo?

Marcia: No, es una oda a al reloj del conejo.

Karolina: Aun estamos en la madriguera.

Ann: ¿Y porqué lo haces si el reloj no es del conejo, sino nuestro, si el conejo no está y nunca hubo uno? e incluso te aseguro que el reloj ni siquiera es de cuerda.

Marcia: Porque no importa, fuese un reloj imaginario, el reloj del conejo o el reloj que mide el tiempo en suspiros en vez de segundos, siguen regidos por el mismo tiempo.

Karolina: Siguen regidos por nuestro tiempo.

Marcia: ¿Es que a caso es nuestro?

Ann: ¿Y no lo es?, es tan nuestro como las palabras, como las letras, como el mundo que vemos día con día: Nos pertenece, pues nadie lo ve como nosotras, a nadie lo cambia tanto como a nosotras, a nadie olvida como a nosotras.

Karolina: Eso es suficiente para proclamarlo nuestro.

Marcia: O mejor aún, para proclamarlo Dios.

Karolina: Si ha de haber un Dios, de seguro ése sería el tiempo.

Ann: Si ha de haber un demonio, de seguro ése sería el tiempo.

Marcia: Si ha de haber algo tan manipulable, ése sin duda sería el tiempo.

Ann: De todas formas tan mortal como y para nosotras.

Marcia: Empezando con nuestro nacimiento.

Karolina: Muriendo con nuestra muerte.

Ann: Haznos un favor Marcia, ya deja de perseguir a un conejo que no existe, por un reloj que no camina.

Karolina: Estando en su madriguera, sería ilógico no buscarlo.

Marcia: Estando en su madriguera, sería tonto no encontrarlo.