No, él no me dio luz, me enseñó a ver en la oscuridad;
Él no me dio risa, me enseñó a crearlas;
No me protegía, me enseñó a defender;
No me acompañaba, me enseñó a andar sola;
No me procuraba, me enseñó a ser independiente;
No me ignoraba, me enseñó a disfrutar de mi soledad;
No era mi ángel, era mi demonio personal
Y no me abandonó, sólo desapareció.
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