Me encontré viendo la película de Por siempre cenicienta y leyendo el libro El Conde de Montecristo cuando llegó a mí una reflexión curiosa.
Me confieso una maldita empedernida y me agrada serlo, pero caigo en la cuenta de si no rayaré en lo malvada, pues bien a mi consideración aquí resaltó una diferencia que evita que sea malvada, pues a mi parecer malvada es la persona que es ruin con todo ser, mientras que maldita (por lo menos yo) sólo lo soy con los que lo piden.
¿Y quién pediría un trato así? Créanme, hay personas que piden a gritos que se les ponga un alto, ustedes sabrán: egoístas, groseros, pedantes, ego centristas, etc., etc., porque todos alguna vez en nuestra vida nos hemos topado con personas así quienes no merecen una sola sonrisa.
Tal vez esta diferencia expuesta por mí sólo sea una forma de callar mi conciencia (si, si tengo por increíble que parezca pero trato de ignorarla ya que siempre esta molestando) y dar una excusa por mis modos de tratar a ciertas personas, que una parte de mi (aquella vocecita aguda que a veces captamos y espero que no sea de nuevo mi consciencia porque de ser así quiere decir que se esta reproduciendo y eso no es bueno), me dice que de una segunda oportunidad a éstas personas indeseadas.
Nunca olvides, nunca perdones. ST
Así soy, mi memoria se empeña en recordar más lo desagradable que lo agradable, además de que me gusta ver la expresión de sus rostros cuando se dan cuenta del ataque y ni siquiera se atreven a defenderse.
Dejando de lado mi necesidad de desbordar mi maldad en aquellos que lo piden, esta el hecho de que también son los más graciosos cuando se les ataca, y uno de vez en cuando debe sonreír, aunque sea para mover los músculos del rostro antes de que se queden petrificados.
Me confieso una maldita empedernida y me agrada serlo, pero caigo en la cuenta de si no rayaré en lo malvada, pues bien a mi consideración aquí resaltó una diferencia que evita que sea malvada, pues a mi parecer malvada es la persona que es ruin con todo ser, mientras que maldita (por lo menos yo) sólo lo soy con los que lo piden.
¿Y quién pediría un trato así? Créanme, hay personas que piden a gritos que se les ponga un alto, ustedes sabrán: egoístas, groseros, pedantes, ego centristas, etc., etc., porque todos alguna vez en nuestra vida nos hemos topado con personas así quienes no merecen una sola sonrisa.
Tal vez esta diferencia expuesta por mí sólo sea una forma de callar mi conciencia (si, si tengo por increíble que parezca pero trato de ignorarla ya que siempre esta molestando) y dar una excusa por mis modos de tratar a ciertas personas, que una parte de mi (aquella vocecita aguda que a veces captamos y espero que no sea de nuevo mi consciencia porque de ser así quiere decir que se esta reproduciendo y eso no es bueno), me dice que de una segunda oportunidad a éstas personas indeseadas.
Nunca olvides, nunca perdones. ST
Así soy, mi memoria se empeña en recordar más lo desagradable que lo agradable, además de que me gusta ver la expresión de sus rostros cuando se dan cuenta del ataque y ni siquiera se atreven a defenderse.
Dejando de lado mi necesidad de desbordar mi maldad en aquellos que lo piden, esta el hecho de que también son los más graciosos cuando se les ataca, y uno de vez en cuando debe sonreír, aunque sea para mover los músculos del rostro antes de que se queden petrificados.
1 comentario:
humm, interesante..
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