lunes, abril 19, 2010

Un café... I

¿Qué tan patético sería decir que no he publicado nada porque no tenía la ilustración para mi relato de "Un café" y que ahora que lo tengo no lo he podido meter a la lap?

Pero es justo lo que voy a decir: No había publicado nada porque este fin de semana hice la imagen, pero no he podido meterla a mi lap, dígase por flojera, porque no he instalado el escaner, porque no le he tomado siquiera una misera foto, pero no importa, yo sé que en cuanto la tenga la subo, pero por ahora no quiero privarme de publicar, pues ya llevo escrito otros dos capítulos y me desespero de que no he podido publicar el segundo... que en realidad es el primero, así que aquí se los dejo.

Café suicida


-Por favor no lo hagas- me rogó con una cara que pensé que ya era mi funeral- no podría vivir sin ti.

-¿Y por qué demonios no lo dijiste antes?- pregunté impactada por tal confesión.

-Me arriesgaba a que no saltaras.- se encogió de hombros y me dio la espalda.

-Tienes razón, lo siento, fue una pregunta estúpida.

-Bueno, la situación lo amerita, entre acciones estúpidas, ¿porqué no preguntas estúpidas?

Miré hacía el vacío, se veía toda la ciudad. Genial, si no me suicidara elegiría el lugar para pasar todas las tardes.

-¿Vas a saltar o no?- me preguntó con voz cancina, como si me demorara en elegir un par de zapatos… bueno no, libros.

-Tengo derecho a tomarme mi tiempo- me quejé ante la presión.

-¿Tardará?, no eres la única que eligió el lugar para saltar- me dijo impaciente.

-Oye amigo- le dije algo molesta- llegué primero de acuerdo, porque no eliges otro lugar, el segundo piso del periférico tal vez.

-No tengo auto.

-No importa, si fueron a la inauguración personas que ni siquiera contaban con automóvil, tú no te veras mal.

-Podría saltar después de ti, o los dos al mismo tiempo- me propuso.

-¿Estás loco?- pregunté indignada, aquel era mi momento de gloria y ningún desconocido me lo iba a arrebatar- además ni siquiera es por la misma causa, sería patético que encontráramos compañía cuando tratamos de suicidarnos, donde está el significado de la acción.

-¿Significado?- me dijo alzando las cejas- a qué te refieres, si dentro de… mmm… una hora tal vez vas a ser una mancha sangrante en el pavimento, ¿Qué significado puede tener eso?, nada, sólo un cadáver mas deshecho a mitad de la acera, a menos que al caer formes una palabra o algún tipo de expresión, lo cual dudo mucho, tu muerte no significará nada, puesto que mueres por nada.

Maldición, tenía razón. Mire hacía el vacio pensando en qué forma debería acomodar mi cuerpo para que tomase algún tipo de forma, o expresión. Algo muy difícil.

-¿Y tu genio del suicidio, qué significará tu muerte?- pregunté, ya que no podía rebatir su lógica.

Sin más, con la cabeza señaló el edificio de enfrente, había una lona que rezaba:

“Estoy aburrido. Me largo”

-No inventes, es toda una oda al suicidio- dije mirándolo de frente. Caray, era bien parecido- disculpe mi ingenuidad, pero si me presta algún plumón escribiré sobre mi blusa “te esperas hasta que se me dé la gana”

-¿Y no te preocupa aterrizar sobre un excremento de perro?- pregunto cuando le di la espalda para seguir mirando hacia abajo.

Eso era pensar en todo. Trate de pasar eso de largo.

-No me gustaría que lo que quedará de mi rostro fuera fotografiado mostrándolo encima de algún tipo de porquería.

-Está bien, salta tu primero si con eso logro callarte- dije cediéndole el lugar.

-Te invito un café- dijo tomándome por el brazo.

-Así que no te basta con impedir mi suicidio, si no que hasta eres capaz de coquetearme con tal de lograr lo que quieres.

-No coqueteo contigo- me afirmo como si fuera algún tipo de retrasada mental- soy homosexual y a menos que tú seas un travesti, lo cual dudo mucho, no me interesaría coquetearte.

Ok, eso era suficiente, ahora si me arrojaría.

-No soy homosexual- afirmó después de burlarse de mi expresión-. Vamos, mañana puedes venir y saltar- me animó- ¿qué es un día más si ya tomaste tu decisión?

De acuerdo, al fin ya hacía frio y la falta de cafeína dormía mis instintos suicidas.

-No ibas a saltar- me aseguró cuando hube ocupado mi lugar.

-¿Cómo puedes saberlo?, claro que lo iba a hacer.

- Te vi desde que te paraste en la orilla de la azotea, como sabes estaba aburrido y miraba por la ventana esperando captar algún objeto no identificado cuando te encontré. Después de media hora mirándote sin hacer ningún movimiento el aburrimiento volvió a atacar, así que decidí que era hora de que te movieras de ese lugar.

-¿Sabes qué?, en cuanto termine mi café voy a lanzarme por esa azotea.

-¿De noche para que piensen que estabas alcoholizada?

-No me importa.

-Ahí hay muchas ratas.

-No le temo a las ratas.

-Y arañas.

-Mañana voy a saltar para que todo mundo me vea- concluí bebiendo de un solo trago mi café.

PD. Obviamente la imagen no es mía, pero en cuanto la capture la cambio... aunque he de admitir que esa me gustó más.

2 comentarios:

Ricardo dijo...

I liked it.
Me agrado la historia, aunque la verdad me aburren los cuentos cortos xD

Mar dijo...

Lo lamento, pero así son los demás. Gracias por comentar