jueves, abril 22, 2010

Mal día, Mala semana, Mal mes

Muy mala semana, ¿alguna vez han tenido una? (¿pero qué pregunta?, obvio que todos han tenido semanas malas), bueno esta es la mía y todavía no termina.

Imagínense un conteo como el del Aro (si, la vi, mi hermana me obligó) y empezamos:
 
Día 1: Lunes

Parecía un día normal, todo iba bien y pensé que me iba a ir bien, pues el sábado había adquirido 6 libros, oh si, SEIS a un súper precio en los que figuran: La importancia de llamarse Ernest y De Profundis de Oscar Wilde, Hamlet de William Shakespeare, El perro de los Baskerville de A. Conan Doyle (si, sobre Sherlock Holmes y me voy a hacer fanática), Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll y Don Juan Tenorio de José Zorrilla, ¿qué más puede pedir una?, en la librería me sentí en mi paraíso personal, incluso Tiffa se emocionó comprando, claro, no tanto como yo que andaba dando de saltitos y babeando todo el piso por los títulos que había y el precio (el cielo para Tiffa es un lugar con mucha comida y dulces), y bueno, prácticamente estoy leyendo uno por día.

Todo iba bien, pues en mi trabajo me puse a leer (no hago mucho, creo que ya lo había mencionado: me pagan por leer y escribir, y sería el trabajo perfecto si mi oficina tuviera al menos una ventanita), pero a la hora de la comida todo se descompuso, no había muchas mesas vacías y mis queridas amigas de recursos humanos se sentaron cerca de mí y yo con una moquera pues me había enchilado con mi comida que no me dejaba y ni para sonarme mi nariz a gusto, pero bueno, era una hora nada más y lo soporté, pero de vuelta a la oficina me piden ayuda para etiquetar unas prendas, pues a la mayoría del personal se le ocurrió faltar el lunes y yo tuve que suplantarlos, cuatro horas de pie en zapatillas es suficiente motivo para maldecir mi calzado y si a eso le añadimos el calor infernal de los últimos días y el hecho de que retrasaron mi lectura de Alicia en la parte más emocionante, bueno, es suficiente para considerar el lunes como un mal día.
 
Día 2: Martes

Martes 20, MARTES 20 de abril, la desgracia mayor de la semana y de la cual aún no me recupero: MUSE. Muse vino y no fui a su concierto, en su lugar estaba en mi cuarto escuchando su música a todo volumen y hasta yo misma me dí lástima, ahí, tirada en la cama mientras miles de fans los oían en vivo y todo por mi desidia de no conseguir los boletos a tiempo y cuando ya iba no había, muy frustrante y es lo que más me duele de la semana. Este hecho es para poder decir que todo abril fue un asco.

Día 3: Miércoles

Yo no era adicta al café. En el CCH tenía la costumbre de todos los días en segundo año, tomar un café con unas emperador, pero no era adicta, pues cuando pase a quinto semestre no me dolió dejarlo, ya que la cafetería quedaba lejos del edificio en que me tocaba la primera clase. En esos tiempos no importaba qué marca de café consumiera, para mí todos eran iguales, pero ahora todo ha cambiado, desde que entré a trabajar volví a tomar café, no me había dado cuenta de que era adicta hasta que un día se me acabó y olvide comprar, en su lugar me hice un té de manzanilla, pero en la tarde me comenzó un leve dolor de cabeza, total ni le hice caso, aunque no es común para mí sufrir de dolores de cabeza.

Llegué a casa y el dolor aumentó, pero no tomé nada, pues lo atribuí como consecuencia del maldito calor, me dí un baño con agua fría y me fui a dormir, pues por lo regular así se me pasan. Pero no. A la mañana siguiente el dolor continuaba y comencé a sentirme ansiosa, de esas veces en que siempre tienes alguna extremidad moviéndose a un ritmo frenético y constante.

De nuevo se me olvidó abastecerme de café y ahí va otro té de manzanilla, pero el dolor continuaba, total que para la noche me preparé un café y tras las protestas de mi familia porque en mi taza agregué tres cucharadas de café ni cinco minutos pasaron cuando el dolor de cabeza cedió.

Tal adicción no me preocupó, pues no es difícil de satisfacer, solamente no hay que olvidar abastecer tal droga todos los días.
 
Bueno, pues el miércoles se me acabó mi café y previniendo otro dolor de cabeza, ese mismo día me dirigí a comprar más provisiones. Para empezar no había de la marca que acostumbro tomar, pero como yo nunca había percibido la diferencia entre una y otra, compré de otra marca, y yo iba bien feliz con mi gran envase de café y me preparé uno en ese momento, y Ewww!!!!, sabía y aún sabe horrible, no sabe concentrado y ese saborcito amargo detrás de lo dulce no está (oh si, me encanta el café muy cargado y bien dulce. Si, estoy loca. Mi madre y todos saben que no degusta lo amargo, así que lo endulzo bastante y ese saborcito que toma cuando lo amargo y lo dulce tratan de equilibrarse en una bebida me encanta, de hecho extraño los de la facu, pues el americano de ahí si que es amargo), sabe a carbón, porque ni siquiera sabe a café propiamente, es un asco y compré mucho y aún sigo maldiciendo.

Concluyo que es malo volverse adicta al café, pues antes todos me sabían bien y ahora es frustrante saber la diferencia entre unos y otros y lo peor es que me lo tengo que acabar, pues no tengo para comprar más por ahora y no quiero sufrir de dolor de cabeza, y ni siquiera quiero intentar dejarlo pues no soporto el malestar y la ansiedad que provoca. Rayos!!, yo era feliz siendo adicta a la música, películas y libros, y ahora uno más que me hace sufrir.

Para empeorar esto, ese mismo día leí la reseña de Los Hombres que no aman a las Mujeres, de Larsson, e incluso en la página oficial esta de muestra el primer capítulo. Yo había oído solamente de la película la cual no me había llamado mucho la atención, pero ahora seguro que la voy a ver. Total, leí el capitulo 1 y me dejó bien picada y ahora me siento frustrada por no tener suficiente efectivo para adquirirlo, y además son tres y lo mejor (o peor porque aumenta mi frustración), trata de una Hacker de mi edad y con mi personalidad (antisocial, y rara e incluso, tal vez loca), algo con lo que soñé en los primeros años en la facu y bueno, ahora estoy ansiosa con un café de miér… coles (fue el día en que lo compré). Un mal día definitivamente y aún sigo lamentando haberme perdido el concierto de Muse.
 
Día 4: Jueves
 
Me dio el típico insomnio, pero ya estoy acostumbrada, vi Las Aparicio por Internet, pues me interesó la serie que se me hace interesante pues muestra a mujeres que tiene autoestima y no es la típica novela con el príncipe azul, además de que se ve a un grupo de abogados machistas y me encanta gritarles cosas insultantes, me siento mejor ya que el café sabe realmente mal.

Dieron las cero horas, yo no tenía sueño y como no pude acabar de leer El perro de los Baskerville me puse a terminarlo, pero dieron la una y mis ojos, aún con los lentes, comenzaron a arderme, así que no había modo de continuar y decidí intentar dormirme, pero nada. Puse la película de los Hermanos Grimm, la cual pensé que iba a estar buena pues sale mi guasón favorito, pero NOOO, es un asco con unos efectos especiales y una historia para retrasados mentales, total que a las dos apagué mi lap aún más frustrada y sin sueño. No sé a qué hora Morfeo se digno a visitarme pero soñé con un enorme perro, con Sherlock corriendo y yo era Rapunzel con mi enorme greña enredada y sin un bendito cepillo (patético), pero bueno, vengo a trabajar y me preparo el horrible café, y mientras lo tomo tratando de ignorar el sabor escucho en la radio que el café y el chocolate, por contener cafeína propician la aparición de cáncer. G-E-N-I-A-L.

De por sí corro el riesgo de sufrirlo pues no planeo tener hijos nunca en la vida y ahora salen con que mi nueva adicción y el bendito chocolate me ponen más en riesgo. Aquí es cuando digo: si de por sí voy a morir, no me voy a privar de ciertos placeres, porque aunque hay una remota, MUY remota posibilidad de dejar el café, nunca de los NUNCAS dejaría de comer chocolate, así que voy a ahorrar para mis quimioterapias o de plano conseguir un veneno parecido al de Romeo para morir rápido y sin dolor (conste que no soy emo, sólo lo haría para ahorrarme un sufrimiento que de por sí va a matarme)

Así que ahora, siendo exactamente las 10:53 AM, hago un análisis de lo horrible de la semana y lo único que me queda es concentrarme en mis lecturas que es lo único que hacen que valga la pena levantarme de la cama (aunque podría leer acostada, no me pagan por hacerlo en mi casa y este sábado quiero hacer mas adquisiciones), espero que la semana mejore y espero poder publicar el próximo capítulo de Un café, pues ya lo tengo, pero como no he podido hacer la ilustración, supongo que volveré a usar una de la red (prometiste hacerlas. LV, cállate. Pero si hasta levantaste la mano derecha. Shhhh). Ahora voy a dejar que Ann saqué un poco de la frustración que me embarga.

PD. Esto puede empeorar, pues ahora empiezo a moquear y a estornudar más de lo normal. ¡Odio el sol!

PD 2. No sé si moqueo por lo del concierto, por el café o porque de verdad me va a dar gripa. Gracias Universo.

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