sábado, abril 17, 2010

Super MAKyLV

Hoy era para no poner otro post que el primero de la serie de “un café”, pero luego por ciertas situaciones me encontré escribiendo un post quejándome como siempre, pero cuando lo terminé y lo releí me di cuenta de que tenía demasiadas malas palabras como para ponerlo aquí y es que no me gusta el lenguaje altisonante, considero más sabio insultar a las personas con una lengua que apenas entiendan (ja, y luego me quejo de que no sé comunicarme, cuando ahora veo que es Ann o Karolina), ya saben, como en el francés, los insultas y que se oiga tan bien para demostrar superioridad.

Pero muy a mi pesar creo que sé cuál es el problema de fondo: Yo (e integro en el paquete a Karolina, Ann y La voz, oh si, tu también LV, porque por seguir ciertos susurros tuyos me he metido en problemas en los cuales hay siempre dos posibilidades: primera pierdo yo, o segunda, pierdo yo), porque aunque a veces creo que alguien de mis antepasados se portó muy mal con una bruja cuya maldición aún sigue surtiendo efecto, también estoy consciente de que algunos problemas bien podría evitarlos, pero bah!, me gusta la mala vida.

No sé de dónde rayos saqué mi maldito complejo de Clark Kent o Harry Potter o algún otro prototipo de súper héroe y ¿saben cuál es mi kriptonita que muchas veces por poco me mata? (conste que les digo mi punto débil con la esperanza de que si lo leen, pues no me conocen, así que no supone un gran riesgo), alguien que necesite protección o ayuda (patético, lo sé), basta con que me pongan una cara de “cómo sufro” o “necesito ayuda” o algo parecido para que mi instinto de heroína despierte y me transforme en un clon de la Santa Madre Teresa de Calcuta fusionada con terminator y un espartano soldado salido de la película de 300 para que me disponga a ayudar.

¿Creen que es algo bueno?, pues NO, porque (bueno, tal vez no sé elegir a quien ayudar) por lo regular siempre termino metiéndome en problemas por mi linda boca, y los aceptaría de buen agrado si el objetivo final se logra, si al final se ayuda al necesitado, pero nunca es así (por lo menos conmigo), porque un 90% de las veces terminan escupiéndome en la cara.

Esto, sinceramente es algo que me purga, y créanme que es una de las cosas que hace que me maldiga a mí misma, y es que no basta una experiencia, yo no aprendo, me enca… nija ese comportamiento y prometo dejar que todos los demás se rasquen con sus propias uñas, pero nooo, siempre caigo como una reverenda inepta a la siguiente llamada de auxilio y de nuevo saco la capa y las botas de cuero para lanzarme a otra estúpida aventura en la cual, la única que pierde soy yo, y después termino con unas agruras que duran una semana por volver a caer con la misma piedra (y yo que me quejaba de la falta de ingenio del guionista de Smallville)

Ahora me pregunto: ¿Me creerían mis otras yo si juro que es la última vez que trato de ayudar a alguien sin importar quién sea?, ¿debo de preocuparme porque algún súper héroe también habite dentro de mí lo que lo convertiría en otra voz?, ¿es La Voz que se hace pasar por otra voz para torturar a Ann a través de mi?

La conclusión a la que puedo llegar, aparte de que yo podría evitarme muchos problemas, es que cuando uno tiene un problema grande se centra demasiado en eso que ni siquiera es capaz de ver cuando alguien más lo trata de ayudar, y como están ciegos para ver otras soluciones, piensan que nos negamos a hacer lo que quieren sólo para fregarles más la existencia, aunque su solución pueda agrandar más el problema.

Por lo regular yo tomo una filosofía medio hippie frente a dificultades muy grandes (una cosa es que la sepa y otra muy distinta llevarla a la práctica, pero saberla aligera la carga):

1. Si el problema tiene solución, ¿para qué te preocupas si tiene solución?

2. Si el problema no tiene solución, ¿para qué te preocupas si no tiene solución ni yendo a bailar a Chalma?

3. En conclusión (una enseñanza de mi maestro de biología del CCH, de esas que valen oro) NUNCA TE PREOCUPES; OCÚPATE.

PD. Tal vez ayude el ya no ver nada que tenga que ver con superhéroes, o bien tomar la actitud de Peter Parker en Spiderman 2, cuando decide dejar de ser Spiderman… ¿qué paso con lo de olvidar a superhéroes?... ¡rayos y centellas Batman!…

… de acuerdo, simplemente no tengo remedio.

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