No sé qué es esto

Hoy no salí a comer, por varías razones, hay partido de fútbol y lo están viendo, no me importaría, pero la distribución espacial esta así: futboleros-pasillo-tv. El pasillo es muy reducido y digamos que no estoy de humor como para aguantar sus miradas sobre mi, no estoy de humor para las miradas de las de recursos humanos, no estoy de humor para que me piquen con la vara, en conclusión: No estoy de humor para el contacto intrapersonal.

Después de los sucesos de ayer sabía que hoy no me iba a morir de hambre, por lo que sólo traje una ensalada sencilla y me evito la necesidad del horno, así que la engullí aquí en la oficina.

Veamos, ayer o mejor dicho hoy dormí poco, (tres horas máximo) porque por mas que trate de huir de Morpheo, el muy maldito me atrapó... digamos que los créditos al final de la película no lo mantuvieron lejos por mucho tiempo y se coló. Igual, el sueño valió pura...

Concuerdo fielmente con Oscar Wilde, nadie puede destruirnos sin nuestro consentimiento, también estoy de acuerdo con Stephenie Meyer cuando escribe que el amor le da a otros el poder de destruirnos y en mi caso particular le he otorgado tal poder a tres personas, dos de ellas les gusta torturarme y la última casi acaba conmigo. Tal vez no fui muy lista en elegir a esas personas, pero ahora ya es demasiado tarde.

Todo comenzó desde hace dos días, empezaron los golpes bajos, Tiffa (si, aunque no lo crean, esta relación con Tiffa es más extraña de lo que puedan imaginarse) empezó, ¿saben qué es lo peor? que cada golpe era un reclamo y de esos reclamos no puedo defenderme, sé que tiene razón, y... carajo, cómo los odio pero igual, si no lo dice ella me lo dice La Voz en cada oportunidad pero de entre las dos, siendo sincera, Tiffa tiene más derecho a decírmelo que La Voz, así que ¿cómo huyes cuando sabes que en el fondo te los mereces? y culparla no es buena idea, a pesar de todo sé que ella también se la rifa, incluso va a dar la cara por mí y... Rayos! ése es otro rollo y ahora no quiero abundar en eso.

Total, Tiffa movió las cosas, y el "imán de las buenas vibras" que era hace menos de cinco horas aquel día chafio, creo que invirtió la polaridad y ahora atraía otras cosas, pero como sea, Ann y Karolina me ayudaron a ignorar a La Voz, pero era innegable que algo se estaba retorciendo en mi conciencia y como niña buena voy a dormir, en ése momento constato que tal vez el sueño y yo no nacimos para mezclarnos, así que decidí seguir las enseñanzas de Tilo y alejarme de Morpheo, si mis demonios me van a atacar que me encuentren despierta y en condiciones para recibir los golpes en el rostro y defenderme... si puedo, claro.

Después de que ayer en verdad estuviera algo más que distraida en el trabajo llegué a casa, coloqué mi cerebro en su lugar y no habían pasado ni cinco minutos cuando el golpe cayó en la cara. GENIAL.

Tan bien que iba la discusión, pero llegó un momento en que de plano las palabras se atoraron y desaparecieron, digo, se hubieran esperado a que me preparara, pero no.