Después de casi cuatro meses en que el aire parecía vapor de olla express y del fallido intento de lluvia de ayer y pese a que salí a danzar, rogar y maldecir sólo cayeron tres gotitas, por fin hoy el aire estuvo fresco, casi era palpable la humedad en él e incluso fue visible la mujer dormida... estaba difusa, tanto que parecía nube pero si te fijabas bien se le veía la forma... o por lo menos yo la vi.
El punto es que estaba viendo una serie de tv cuando pasaron cierta escena que me hizo recordar años atrás, en todo el camino venía preguntándome si escribirla o no, porque como la mayoría de las veces, los recuerdos que lo involucran a él, a mi demonio personal fueron buenos en su momento, ahora son dolorosos, más sin embargo aquí estoy con la imagen en mi cabeza y la voy a escupir.
Sé que le estoy dando rodeos, pero la noche de hoy es tranquila, algo fresca, no tanto para mi gusto pero es aceptable y ... esta bien, ahí voy.
Era genial dormir con él. Cuando apagábamos las luces, la tv y la compu hablábamos, bueno, más bien él hablaba, siempre me contaba historias, historias de esas que siempre dejan algo, a veces no bonito, pero te marcan y él tenía muchas y me las contaba con su voz gruesa y en medio de una oscuridad total donde me imaginaba todo, porque la oscuridad te brinda la oportunidad de desaparecer pero estar en esencia en aquel lugar, en donde la presencia del acompañante es tan irreal y al mismo tiempo tan palpable... algo extremadamente extraño y en estas palabras, realmente cursi.
Él nunca fue muy afecto a demostrar sus afectos, los dos congeniábamos tan bien en eso, pues acepto que Tiffa tiene razón, a veces parece ser que no tengo sentimientos y menos ahora (aunque creo que ésta cursilería basta para demostrar lo contrario).
Cuando estábamos decididos a dormir, por lo regular el me daba la espalda y yo me quedaba quieta pensando en sus palabras, reviviendo las historias que me contaba y ahí, en medio de la oscuridad, su mano buscaba la mía, la aferraba y la colocaba al rededor de su cintura, y ahí la mantenía firmemente. Yo quedaba con el rostro pegado a su ancha espalda y nunca me he sentido tan segura como me sentía en esos momentos con él sin importar que tan mal estuviera afuera, él hacía que todo fuera una gran nada. Nunca me he acoplado con alguien tan bien en "cucharita" más que con él.
Otras veces, cuando era yo la que le daba la espalda de inmediato se acomodaba y me abrazaba, a veces me estrujaba pero de igual forma, nos acoplábamos a la perfección... en esos tiempos sí dormía, mucho y bien.
A veces, recuerdo también que si lo abrazaba o le daba de besos era para molestarlo, porque no le gustaba, pero era divertido, o lo obligaba a ver programas que en un principio no le gustaban, pero que después hasta me cuestionaba sobre ellos... ¿me pregunto si era porque de verdad le interesaba o por que a mi me interesaban?... Esa, señoras y señores es la pregunta del millón.
Cuando nos mudamos de casa, cuando él había desaparecido yo me encontraba acomodando las cosas en mi nuevo santuario cuando en el fondo de un cajón salio la funda de almohada que él mismo había hecho, la verdad, la había olvidado y cuando la tomé me llegó su aroma mezclado con humedad, pero ahí estaba, era su olor. La hubiera acercado a mi rostro y llenado mis pulmones con ese perfume de no haber estado Tiffa y de no haber estado tan molesta aún, pero pienso que eso no hubiera cambiado nada, sólo unas palabras extras en este post pero no más.
La verdad no soy masoquista, tal vez Karolina un poco pero tampoco es feliz revolcándose en recuerdos. Yo igual y no sería feliz, pero en verdad hubiera agradecido que se hubiera llevado todo con él, que su sola presencia pareciera un mito, que no hubiera dejado rastro, que hubiera prometido lo de Edward y aparentar que nada había sucedido, al fin y al cabo lo tengo tan presente en mi cabeza que no me hubiera hecho falta.
También me gustaría que mi madre y todos dejaran de decirme cosas de él, ¿para qué saberlo?, yo no le veo caso, por ese lado prefiero la ignorancia.
De todas formas, estimados lectores, esto sólo es vomito cerebral y lamento exponerlo tan públicamente, pero ahora lo borro de mi mente, al fin ya tengo copia en la red.
7 comentarios:
Wow... Ahora tengo que replantearme varias cosas. Mhh, que jaqueca.
Y bueno, que se le va a hacer...
Un blog es como esas bolsitas para vomitar que te dan en los aviones.
Un saludo.
Me parecen buenos recuerdos, al menos yo preferiria haber vivido algo asi y pagar las concecuencias a no haber vivido nada..
Pero ya sabes, yo soy una persona tan cursi que lo que quiero casi siempre termina lastimandome, tal vez tengo complejos mas haya de los comunes.. mmm..
Horacio, espero que en el replanteo todo quede mejor que la primera vez.
Blanco, Wow Blanco, un honor que hayas pasado por aquí y dejado un comentario, muchas gracias por eso y espero que el contenido de las bolsitas no sea tan repulsivo... u ocasione nauseas a los lectores.
Ricardo, no te creas, agradezco su presencia en mi vida porque gracias a eso soy la persona que soy ahora, pero igual, bah, ya esta afuera... suerte con el masoquismo y arriba los adictos a la tortura.
Tranqui. Los lectores agradecen que no les vomitemos encima. Casi todos.
El honor es mío.
Va a quedar diferente, no se si mejor o peor... De ultima quizas lo descubra algun dia de estos. O no
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