domingo, enero 09, 2011

Lo Primero

Ok, acabo de llegar a mi residencia, ni siquiera he deshecho mis maletas, suena A Perfect Circle después de dos semanas reprimiendo mi yo natural. Me porté bien, me la pase bien (dentro de lo que cabe) y en el camino solo pensaba en la tranquilidad que volvería a mi vida y con qué me encuentro...

Lo ultimo que esperaba al llegar a mi domicilio era que mi tranquilidad se viera perturbada, fue como si me hubieran recibido con una bofetada en la cara donde anteriormente había una hermosa y radiante sonrisa (no la de bruja malvada, sino de aquellas bellas sonrisas).

Mi ego está herido, más que herido, es como si lo hubieran pisoteado frente a mí y la sonrisa que normalmente se encuentra en mi rostro (esta vez sí me refiero a la de bruja malvada) se encontrara en la persona de equivocada, es como la humillación que hubiese sentido Emma si Jane Fairfax le hubiera recalcado que de algún modo ella era una mejor persona que Emma, así de humillada me siento.

Obviamente no voy a señalar en qué consiste la humillación porque sería como decir que duermo con pijama color rosa (lo cual, humillantemente hice estas ultimas dos semanas), obviamente Jane Fairfax no sabe la bofetada que me ha dado y no soy tan estúpida como para señalarlo, así que se quedará dentro de los propósitos de año nuevo o promesas/venganzas a cumplir, como sea, ¡Basta de autocompasión!

Disculpen la siguiente bitácora pero no he comprado agenda así que aquí van mis memorias, sé que no les interesa así que pueden saltar al final, no hay problema esto es más para mí, así que sólo dejen un comentario al final y ya.

Recuento mis ultimas dos semanas:

Preparé mis maletas un día antes para no verme en la necesidad de levantarme temprano el 24, tardé en elegir los atuendos más cómodos y sencillos para no llevar tanto maleterio (no tengo una maleta como tal, digo, no es como si planeara un gran viaje), en estas fechas es imposible leer bien con dos sobrinos correteando y gritando todo el tiempo, una Zandunga que te muerde la mano para que juegues con ella, visitas a familiares y quehaceres sin fin por lo que con una mueca en la cara y unas ganas de hacer pucheros mentalmente me decidí a no llevar libro alguno y si tenia alguna oportunidad adquiriría alguna revista.

Sin sorprenderme a mí misma el 24 cambié dos veces de maleta y olvidé mi pijama (razón por la cual tuve que usar una de mi herma quien solo tiene de color rosa, ¿recuerdas la pesadilla de Emily Strange?, así me sentía)

La primer semana pasó sin pena ni gloria, sin contar las ganas de regresar a mi hermosa tranquilidad, anhelaba leer y escribir a mis anchas y me tuve que conformar con un último cuento leído en el año que rondaba mi cabeza.

Para el 31 y  por la salvación de mi alma compré Quo que me mantuvo ocupada mientras tuve la fortuna de llevar a mis sobrinos al parque y mientras ellos correteaban y jugaban me senté tranquilamente a recordar quién era yo en aquellas líneas que me supieron a tequila puro.

Dentro de la salida se presentó la oportunidad de ir a Puebla cosa que no hacía desde hace un par de años. Yo adoro ir a Puebla en estas temporadas por el frío intenso y el cielo inmensamente estrellado. Las horas de carretera son como la cereza del helado; llené mis pulmones de aire fresco aunque me decepcionó el clima que no fue como lo esperaba, supongo que esa es la factura por no unirme a Greenpeace.


En estas dos semanas me encontré con dos amigas que no veía desde hace años, ambas me dijeron que no me veía como antes y me alegro, no me gustaba mucho cuando iba en secundaria. Hicimos la típica promesa de organizar una salida pronto pero aún no me decido si es lo que me gustaría hacer. Supongo que para un fin sin nada interesante qué hacer.

¡Carajo! se me durmió el pie...

Ahora recuerdo cuánto odio que mis palabras se vuelvan contra mí. Compartí cuarto con mi hermana la cual duerme todo lo que yo no. Me encontraba mirando House cuando me gritó:

-¡Esto no es hotel, ya se cerró la puerta del cuarto!

-No me importa- contesté- la puedo abrir.

-Entonces tráeme una cuchara y mi jarabe.

-No puedo, la puerta se cerró.

-La puedes abrir ¿no?

-... ¡Carajo!

Es como si aventaras una granada y tu enemigo osara arrojártela de nuevo para que te estallara en la cara. Creo que debería escribir reglas bélicas para que aquello no vuelva a ocurrir.

Ok, no puedo continuar, las maletas aventadas en el piso de mi cuarto no me dejan concentrar, así que supongo que mi obsesión por el orden aún no esta curada, nada raro puesto que no he intentado curarme. Soy como House, sé que tengo una obsesión, pero así funciono.

PD1. Extrañamente la botella de tequila frente a mí no surtió el efecto esperado y normal, un trago bastó para que decidiera dejarla. Algo anda mal por aquí.

PD2. Este año sólo he recibido un regalo de cumpleaños, pero ¡Qué regalo! Uno de los mejores. Gracias a Frank Churchill.

PD3. ... lo siento, lo olvidé, la maleta café comenzó a gritarme.

4 comentarios:

Guerrero dijo...

Esa conversación debió ser genial... rayos hubiera querido verla en persona.
Pues unas semanas intereantes, por lo menos hay algo que contar y hay que dar gracias por ello.

saludos

Mar dijo...

Si... supongo.

Creo que es total y absolutamente necesaria mi agenda, los hechos no están en orden cronológico.

Saludos.

ariana vatum dijo...

Entiendo tu sentir. Eso de familia, gente y relajos no es "my cup of tea". Me encanta tu estilo de narración

Mar dijo...

Gracias por comprender, ariana vatum, sabía que no era la única.

Saludos.