jueves, noviembre 25, 2010

Polvo

De pronto siento que no vivo mi vida, me siento como una espectadora, como si viera una película. Una mala película.

Tengo algo atorado en el pecho y no atino a discernir si es frustración o esperanza. Ninguna de las dos me gustaría, ninguna eligiría y ambas, tarde o temprano, me matarían. La segunda me mantuvo agonizante por mucho tiempo y de hecho mató una parte de mí, lástima que no haya sido esa parte que espera. Que te espera.

Cuando supe que habías seguido tu vida al principio fue un golpe. No, mejor dicho fue como un balde de agua fría porque al principio parecía demasiado agresivo pero al fin de cuentas no fue tan grave, solo me dejó titiritando de frío por unos días, después todo se volvió a calmar e incluso noté que me sentía más liviana.

Recuperé mis ganas de dormir pero creo que desarrollé un instinto pollo, y me refiero a que ahora me despierto con los primeros rallos del sol (a las siete de la madrugada), las noches ya no son eternas, ya no hay insomnio y aunque el hueco no desaparece de pronto sentí que ya no te traía sobre mi espalda; me sentía bien e íncluso me atrevo a decir que contenta, pero dime ahora ¿qué hago?, ¿qué se supone que debo sentir al respecto?

No quiero hacerme esperanzas porque sé que una parte de mí se imagina un futuro imposible pero añorado, otro, el realista me dice que las heridas son más profundas, que los recuerdos son más fuertes. Todos ellos.

La anterior reflexión me hace preguntar si es que no te estoy sobrevalorando, a ti y a lo que teníamos, porque yo me pinto nuestro pasado como un lazo imposible de romper aunque nos las arreglamos para trozarlo, pero si era tan fuerte ¿porqué no resistió todo?, ¿porqué, si te considero mi alma gemela, no superamos el bache, o mejor dicho, el gran cañón?, me deprime saber que otras relaciones de la misma categoría lo superan todo y no nosotros.

Nuestro problema fue grande, eso lo entiendo pero ¿no se supone que nosotros eramos inseparables? Hicimos una promesa ¿recuerdas? y aunque ninguno de los dos la cumplió ¿qué eso no es también una forma de cumplirla?

Te veo acercarte a los demás y no a mi, de alguna forma me duele no me lastima, ¿qué significa?, y lo que más me intriga ¿qué debo esperar?


Ya decía yo que eso de sentirme contenta no era nada bueno y no porque sea pesimista, lo sabes, si no por puro empirismo: toda calma en mi vida solo es la antesala a la tormenta, solo que esta vez no sé si será un F1 o un F5, un dedo de Dios.


Si hemos de ser sinceros entonces debo decirte lo que sabes: Te extraño. Te extraño más de lo sano, más de lo cuerdo y más de lo que me conviene extrañar a alguien pero lo hago, ¿qué hacer?


Ahora me pregunto si nuestros respectivos orgullos harán posible algún acercamiento, ahora lo que me preocupa es haber sobrestimado nuestro lazo, si al final no es sólo la idea de lo que debió ser. Temo que una respuesta afirmativa haga más grande el hueco en mi estomago, temo que al final nuestra conexión no haya sido nada fuera de éste mundo y me aterroriza pensar que de algún modo tu no eres mi alma gemela y que ahora me toca la joda de buscarla o esperarla, pero no, ahora sigo respondiéndome que eres tu. No cualquiera logra una conversación entre silencios o miradas como lo hacíamos, no cualquiera sabe lo que piensa el otro sin decirlo, eso debe ser especial. Para mi lo fue, desgraciadamente es precisamente lo que me mata.


Carajo, me gustaría estar ebria y que cuando vuelva a leer esto lo adjudique a la embriaguez pero sobria ¿a quién culpo?, ¿qué situación justificaría la leve humedad en mis ojos? El polvo. El polvo siempre es buen motivo y aquí ni siquiera hay. ¿Realmente estoy tan jodida?


Este fin de semana fui al zoológico a ver verdaderos animales, afortunadamente lo disfruté, desafortunadamente el fin de semana acabó.


PD. Post escrito en la madrugada del lunes, pero por causas de fuerza mayor apenas se publica.

2 comentarios:

Michell Cerón dijo...

¿Quién dijo que las almas gemelas siempre deben estar juntas? Yo conocí hace 3 años a mi alma gemela, desde el primer instante supe que era ella, lo supe cuando me quede petrificado al saludarla, cuando me sonreía y yo pensaba que podía morir en ese instante, cuando jugábamos debajo de la lluvia o leíamos a Lovecraft en voz alta, cada instante con ella modifico el curso metafísico de mi alma… después se fue, a este punto yo tenía dos opciones, cortar de tajo la poesía o seguir hacia otros mundos desconocidos hasta entonces en busca de algo más bello, más loco, más sublime; hace poco me entere que ella está embarazada y lo confirme: si, ella es mi alma gemela, es probable que no vuelva a verla, pero soy feliz al saber que ella encontró su propia felicidad, aunque no haya sido conmigo, y no necesitare extrañarla, precisamente porque a pesar del tiempo y la distancia nuestras almas seguirán en una resonancia eterna, reencontrándose vida tras vida siendo mejores que la ultima vez, todo es un continuo aprendizaje y tal vez cuando ambas partes hayan aprendido lo suficiente es cuando podrán estar juntos, siempre.

Sonrisas

Mar dijo...

Espero que nuestras almas no tarden demasiado para aprender lo suficiente.

Ojala que tus palabras se vuelvan proféticas.

Saludos, Zadig.