lunes, octubre 11, 2010

Apenas Comienza

Oh My Godness. Estoy tan cansada.

Dormir cinco horas era perfecto hace un mes, pero ahora no me fue suficiente.

¿Se leerá muy mal decir que extraño mi cama?

Ok, entonces hagan cuenta que no está el renglon anterior y lean cómo debería ser este post:

Mi primer noche fuera de casa, oficialmente, fue genial. En el aire se respira un aire de libertad sin precedentes: No padres, no explicaciones.

Durante toda la tarde-noche no pude dejar de cantar Oh My God de Kaiser Chiefs, e incluso ahora la tarareo... todo en mi cabeza, pues no tengo aún equipo de sonido y mi lap no tiene el suficiente volumén como para oculta mis aullidos semi-profesionales de mi talento vocal relegado y desperdiciado.

La mudanza fue un carnaval de recuerdos de mi vieja vida. Cada fotito (de hecho sólo una), cada adorno, mi colección de Jack. Llegó un momento en que no pude entender cómo es que tengo tantos cachivaches. Mi cuarto no era muy grande y de alguna manera acomodé cientos y cientos de pequeñas cosas, sin contar las dos enormes cajas repletas de libros, una caja repleta de películas, revistas y sin contar mi ropa y cosas que no entran en algún tipo de categoría, que al final aún no pude cambiar debido a la ineptitud de un imbécil y ahora me encuentro con el gran dilema de sobrevivir quizás una semana con sólo dos mudas de ropa, pero ya estoy fuera de casa.

Ahora me pruebo a mí misma que soy autosuficiente. Preparar mi comida que era lo único que me hacía falta controlar, pero oigan, de hambre no me muero, sé manejar el microondas y preparar comida alta en sodio para terminar mi vida feliz mente en un par de meses debido a un paro cardiaco. ¿Quién va a extrañar la comida casera cuando tienes a la mano un sin fin de comida chatarra?, ¿Quién va a extrañar la tranquilidad que otorga el saberse bajo el techo paterno?, ¿Quién va a extrañar las intromisiones de mi hermana por las noches para enterarme de sus chismes y a su vez, de los míos?, ¿Quién va a extrañar las risas que provocan las tonterías que salen de mi boca a cada minuto?, ¿Alguien puede extrañar ser la variedad de algún lugar?, ¿Quién va a extrañar el hogar cuando se vive por fin solo? Claro que yo... no.

¿Y qué si me encuentro un enorme bicho y no hay nadie que acuda a mi auxilio?, ¿y qué si me siento mal y nadie va verme?, ¿y qué si muero y no se dan cuenta hasta que comience a oler a rosas en panteón de una semana después de día de muertos?

Sí, es lo que piensan, mi vida es una fiesta desde... ¿ayer? ¡Caray, apenas van 24 horas!, Dios y siento como si llevara años lejos de casa, la fiesta parece más bien la resaca que precede el pavo de navidad y con el gran riesgo de morir de inanición por falta de alimentos. En verdad voy a celebrar si llego a fin de semana con vida y conservando mi talla actual, claro, si  no me preocupara por alimentarme, seguro me emborracharía.

Debería estar feliz, o por lo menos satisfecha de haber podido moverme de casa, era lo que deseaba ¿no?, ¿no se supone que esto venía a ser una meta más cumplida? Una parte de mí responde con un gran "Sí", pero claro, Ann no es la que se opcupa de alimentarme. Pero otra parte de mí sabe que esto apenas está comenzando. Espero que para el próximo año mi situación mejore de manera radical porque el termino "endeudada" lo sobrepasé hace menos de doce horas y no puedo vender mi alma al diablo... de nuevo. Ya hasta perdí la cuenta de a cuánto ente divino le he prometido mi alma cuando muera.

Es increible y de algún modo consolador las palabras dichas por mi demonio hace años, cuando también tomé otra díficl decisión y cuando mis deseos se habían cumplido, me miró y con voz entre seria y burlona me dijo:

"Lo difícil no es entrar, lo difícil es mantenerse"


No es verdad, soy una embustera. ¿Quién se va a sentir tranquilo en la cima del Everest cuando todavía falta el viaje de regreso? (sabían que lo más peligroso de escalar una elevación así es siempre la bajada) Cuando él me dijo aquellas palabras me tranquilizaron de algún modo porque él estaba conmigo, pero ahora lo único que me queda es verlo como un reto, éso siempre me funciona. Espero que el tiempo no lo convierta en amenaza.

Es por eso que sé que esto apenas comienza. Salirme de casa era sólo el comienzo de algo realmente rudo, porque pequeñas cosas como el hecho de llegar a una casa ya iluminada es algo que no hechas de menos hasta que llegas a un lugar totalmente desconocido, ¡ah claro! sin olvidar el gran problema de la cocinada.

Yo deseaba salirme de casa, era mi meta desde hace años, así que ahora por enésima vez me digo a mí misma:

"Ten cuidado con lo que deseas, Marcia, porque algún día se te hará realidad"

Y éso que no cuento con una lampara de Aladino, de ser así seguro que ya me abría suicidado hace años, pero no, no piensen mal de mí y voy a dejar algo bien claro: La única cobarde aquí es Karolina, yo no, yo me siento bien, yo me siento bien... yo me siento... 


En mi cabeza se veía muy diferente, pero siempre me pasa; así fue como eché a perder mi impermeable, mi blusa, cortinas, cuadernos, pinturas y muchos etcéteras más.


PD1. Lo único ingenioso que salió de mi boca este fin de semana fue: "Me sorprende que siendo tan imbécil no babee", Así que creo que estuvo bien que me alejara tanto tiempo.


PD2. Disculpen el post que a nadie le importa, pero quería mantenerme ocupada por un rato.


PD3. Lamentaría mucho que llegase un momento en que mis dedos no puedan sostener ambos anillos, el Señor Oscuro puede llamarlos y mandar a los Nazgûl por ellos, mi misión de portarlos y mantener el mundo a salvo está en grave riesgo.


PD4. Lo rojo de mis ojos es por una grave alergia a la miseria y las bolsas bajo ellos es por mera costumbre.

4 comentarios:

Mystique dijo...

Cuestión de acostumbrarse, supongo yo.

Mar dijo...

Pues si es eso, pues ya me acostumbré. Jaja.

Ricardo dijo...

Felicidades por la mudanza, es algo que quiero desde hace tiempo, lastima de mi edad y dependencia economica...

Pero bueno! Disfruta y se feliz que de eso se trata!

Mar dijo...

Ahora ya lo hago, Ricardo, ya lo estoy haciendo.