jueves, noviembre 07, 2013

Libreta Nueva

Tengo una libreta nueva, me la dieron en... en un lugar donde tuvimos que pelearnos por cómodos sillones, la reclamaba un chico fresa, de esos que no sólo salen en películas de adolescentes con el argumento de "Somos más, yo estaba ahí sentado y me fui porque creí que la huella de mi trasero era suficiente para apartarlo" o algo por el estilo, no se me da muy bien eso de guardarme argumentos estúpidos como momentos a recordar.

Voy de nuevo:

Tengo una libreta nueva, con ella ya sumo 5 libretas en mi mochila, cada una adorada en su momento y después quedan como recordatorio de que tengo como cinco notas en cada una de ellas y solo eso.

Tengo que admitir que lo que me agrada de esta nueva libreta es su tamaño perfecto para grandes anotaciones o chicas y lo mejor, sus adoradas y sencillas hojas amarillas ralladas, como si viniera de un pasado en el que quedó olvidada. En ella lo único que he anotado es "Tengo una libreta retro" así, sencillo, con letra descuidada porque la libreta así lo exige, va bien con ella. Me gusta pensar que es una libreta para escritor, de esas que entre sus hojas guarda oro puro y deforme; me gusta creer que cuando muera y encuentren esta libreta la hallarán llena de pequeñas notas que sean apreciadas como si hubiesen encontrado el Santo Grial.

Soy bien rara, eso lo sé y es por eso que trato de dejar todo lo que pasa por mi cabeza por escrito, una pequeña huella real de lo que realmente fui, que si lo vieran desde mis ojos notarían que no soy más que una chica fantasiosa y nada más, que en el fondo creo en la navidad y el los sacrificios humanos aztecas, que odio mucho pero divertida a pesar de todo, que me gustan los finales felices porque me da esperanza de tener mi propio final feliz, que al lanzarme de un edificio tenía el único objetivo de volar y no mi muerte. Ok, eso tal vez no es un argumento de que no soy rara.

Tengo una libreta nueva y no sé qué anotar en ella. Una sola frase esperando a que Tom Riddle aparezca a darme un poco de respuestas, que me conteste y esta vez que no deje las páginas en blanco. Espero solo anotar lo adecuado, lo exacto, no dejo de pensar que así será pero aún no considero nada lo suficientemente bueno.

Tengo una libreta nueva y temo que quede así por mucho tiempo.

jueves, octubre 31, 2013

Evil

Ahí estaba yo con el citatorio en la mano, más de mil letras y solo cinco de ellas llamaron mi atención: Sábado, cuatro de la tarde.

La letra era como todas las letras, digo son letras, algunas cursivas, algunas negritas otras escritas con la sangre que se iba a derramar, sangre que me pertenecía y pues no quería que se derramara. ¿Qué hacer?, o tal vez sería más específico preguntar ¿Qué hice?

Bueno, para ser sincera sabía qué había hecho pero hasta cinco segundos antes pensaba que no era algo tan grave como para un citatorio, obviamente me equivocaba, obviamente me estaban diciendo que me equivocaba. De nuevo: ¿Qué hacer?

No era como si me pudiera esconder. Soy de las personas que si ven que viene un golpe que no pueden evitar es mejor recibirlo de pie lo más rápido posible y preparar lo hielos para bajar la inflamación (Y con "hielos" me refiero a alcohol, por supuesto), entonces confirmé mi asistencia y respiré hondo. Era inicios de semana así que enterré el asunto hasta la fecha prevista.

No tenía defensa como tal porque simplemente no me parecía algo grave.

Me dirigí al lugar acordado, sola, porque era lo mejor, no quería testigos de lo que sea que fuera a pasar, tal vez en el fondo sabía que aquello se iba a poner feo. 

Durante el camino (casi dos horas) me convencí a mí misma que aquello no era grave, que no podía ser grave y que no debería ser grave. Tal vez no sea la genio que creo que soy.

Llegué al lugar y ocurrieron todas las formalidades pertinentes, querían dar un aire de ligereza, lo que por supuesto era significado de todo lo contrario, de pronto el momento no se podía retrasar, era tiempo de tratar el asunto. Subí al banquillo de los acusados y él, con su toga negra, peluca blanca y martillo en mano comenzó el juicio, la lectura de los cargos (aunque pocos, muy graves) y los motivos por los que él creía que era culpable.

Escuché cada una de sus palabras juzgonas. Algunas me dolieron, otras me molestaron y otras tantas me decepcionaron. Mi juez había sido uno de los mejores malditos que he conocido en mi vida y ahora estaba ahí señalándome con el dedo, acusando y juzgando.

Los cargos no eran desconocidos, las acusaciones no eran nuevas, todo lo sabía porque soy yo y me conozco de principio a fin, puedo deletrearme de pies a cabeza, soy yo la que me ve a los ojos todos los días frente al espejo, no hay nada nuevo que alguien ajeno pueda decirme, pueden mentirme, pueden equivocarse pero al fin y al cabo soy solo yo.

Por un momento mis zapatos se cambiaron por tenis, me creció barba, un bastón en mi mano derecha apareció y el la otra un frasco de Vicodin. No había diferencia en lo que me pasaba con uno de tantos capítulos que había visto de House, cuando le reclamaban ser ... pues House. 

La situación era estúpida pero no por eso menos real, menos abrumadora ni menos molesta. Me pasaba, yo estaba ahí siendo acusada y hallada culpable de todos los cargos. Yo era la mala de la historia y me lo estaban haciendo saber de una forma directa y sin rodeos: "Tienes que cambiar" me dijeron.

Desde ese día llevo una etiqueta de "Dangerous" en mi espalda. No es que no lo supiera pero digamos que ya es notable. Tal vez tenga que pedir disculpas pero en mi cabeza no importa cuánto lo diga o cuánto lo intente simplemente no me lo creo y pues puedo ser maldita pero jamás no ser yo y tal vez solo tenga que mentir.

sábado, abril 06, 2013

Presunción

 Y ahí estaban todos haciéndose los fuertes, menos yo. Yo no me hacía la fuerte, yo así soy. 

No es presunción, es mera descripción.

A veces me pregunto si hay algo mal en mí: No sentir mucho o nada respecto a todo y todos, ser de hielo sin que haya algo que estimule mis sentimientos en lo más mínimo.

La mayoría de las veces me siento fuerte, invencible, otras creo que soy lo más vulnerable que ha existido porque no siento y cuando lo sienta me va a matar.

Pero no tengo miedo.

No es presunción, es mera descripción.

domingo, marzo 10, 2013

Lógica


Yo soy el hecho, la vida fuera de mí es pura hipótesis.

Es completamente ilógico que las hipótesis refuten los hechos en vez de que los hechos refuten la hipótesis.

Dicho lo anterior es insano adaptarme a la vida fuera de mí.

lunes, febrero 25, 2013

De Azoteas

Tengo muchos lugares favoritos en esta ciudad, cada uno por motivos, pensamientos, calma o recuerdos, pero hay uno en especial, uno que es un escape total, ¿Escapar de qué? se preguntarán. De todo.

Con lo poco común que soy siempre busco lugares que me permitan un área personal, porque he conocido a muy pocas personas más interesantes que yo y el resto me aburre, es por eso que amo estar conmigo, sola, sin estorbos, sin modales, sin presiones de ningún tipo e incluso, escapar de mi mente.

La azotea es el lugar perfecto para escapar (o esconderte, dependiendo el caso o la necesidad) Para alguien como yo que sufre de claustrofobia psicosomática es necesario tener lugares seguros a dónde ir para poder respirar, para poder relajarme, para poder soñar con los ojos abiertos sin interrupciones, no más allá que la de los mosquitos devorándome los brazos.

Lo que me llevó a ir a la azotea por casi una hora fue lo hermosa que estaba la Luna y de nuevo mi asqueo por las personas comunes me tuvo al filo del vómito. Hoy caminaba con tres más y ninguna se detuvo a mirar el cielo ni porque la bella y perfecta Luna se encontraba justo en el horizonte, tan enorme, tan blanca, tan brillante y perfecta y me pregunté qué puede ser más importante que detenerse a mirar, aunque sea por un minuto, a la dama plateada.

Sé quién se detiene a mirarla, y si hubiésemos ido juntos hoy, caminando por esta hermosa noche no hubiera sido extraño detenernos a mirarla o simplemente no apartar la vista de ella, porque él como yo sabemos del placer de verla mirarnos. No puedo creer que las personas opten por perderse de un natural y hermoso espectáculo como el de esta noche hablando de cosas tan banales  tan estúpidas y sin sentido. 

Caminar mirando al suelo no es más que una ceguera voluntaria.

domingo, enero 20, 2013

Veintiséis


Y ahí me encontraba yo dándome excusas para atrasar la publicación de la lista de libros del año XXV de mi era, iban desde el tiempo hasta "Me acabo de mudar" Pero el motivo principal y sincero tiene que ver con el tamaño de la lista: increíblemente corta.

Entonces sin ánimos de atrasar la inevitable humillación aquí dejo lo siguiente para recordarme que sé perder el preciado tiempo haciendo otras tonterías, como trabajar o dormir, en vez de leer.

1. Tom Sawyer - Mark Twain
2. Los Reyes Malditos I EL Rey de Hierro - Maurice Druon
3. La Letra Escarlata - Nathaniel Hawtorn
4. Los Reyes Malditos II La Reyna Estrangulada - Maurice Druon
5. Los Reyes Malditos III Los Venenos de la Corona - Maurice Druon
6. Los Reyes Malditos IV La Ley de los Varones - Maurice Druon
7. Los Reyes Malditos V La Loba de Francia - Maurice Druon
8. Los Reyes Malditos VI La Flor de Lis y el León - Maurice Druon
10. El Jardinero Fiel - Clarissa Pinkola Estés
11. El VIejo y El Mar - Ernest Hemingway
12. Seven Up - Janet Evanovich
13. Hot Six - Janet Evanovich
14. Un Litro de Lágrimas - Aya Kitou
15. Las Puertas de la Persección y Otros Ensayos -  Aldous Huxley
16. Moby Dick - Herman Melville
17. Crimen y Castigo - Fedor Dotoievsky
18. High Five - Janet Evanovich
19. Daisy Miller - Henry James
21. Un Cuarto Propio - Virginia Woolf
22. Rebelión en la Granja - George Orwell
23. Cuentos de Navidad - Charles Dickens
24. La Habitación Cerrada -  Paul Auster

Releídos:

Cumbres Borrascosas - Emily Brontë
Harry Potter y El Misterio del Principe Mestizo - J. K. Rowling
Estudio en Escarlata - Arthur Conan Doyle
Nobleza Obliga - Dona León
+ 5

Amé todas y cada una de mis lecturas de éste año, ninguna, en la lista anterior, dudaría en leer si se me presentase la oportunidad y aunque más de una me sacó una sonora carcajada en lugares pocos propicios para reír el final de Moby Dick me hizo contener el aliento para después soltarlo con una expresión de sorpresa, Virginia Woolf me dio más de una tremenda cachetada y Fedor, Oh Dios! Fedor me mantuvo en el límite de la desesperación y depresión, claro está.

Considerando que éste es mi post cumpleañero anual, me permito resumir quizás no lo más importante pero sí lo que recuerdo en éste momento (lo siguiente, favor de leerlo tan rápido como sea posible, con una sola bocanada de aliento para no perder mucho tiempo).

Empecé en un nuevo trabajo, subí y bajé. Elabore un mes en el mejor trabajo que realizado en mi vida, tanto que me mantuvo con el mejor humor por dos meses y si me preguntaban por las ojeras marcadas y la expresión desquiciada en mi rostro contestaba con un simple "soy feliz", me mudé a un departamento (el cual ya comienza a tener sus historias que espero contar aquí); Estuve desempleada por dos meses, dos largos meses y mi cumpleaños número 26 así como la navidad es un tema del que no quiero hablar.

Y esto es todo lo que tengo que decir al respecto.


sábado, enero 12, 2013

Señales

No me dejan dormir, así que me pongo a escribir como hace mucho no lo he hecho.

Me siento en esos momentos de la vida en que alucino que cada frase al aire va dirigida a mí y mi situación actual. Bien puede ser efecto de un nuevo nivel de narcisismo y egocentrismo o es que el universo me manda señales para tomar el camino correcto.

Me siento como Bruce Nolan pidiendo señales y todas ellas llegan de un solo golpe. No sé qué pensar al respecto sobre eso. Quizás me estoy tomando demasiado en serio esta cosa que se llama vida. Nada recomendable en ningún caso imaginable.

Somos polvo en un mundo de arenas, un simple soplido y ¡Puf! adiós mundo cruel... y arenoso.

Sigo esperando. Saldría a buscar pero no hay nada allá afuera que llame mi atención. Todo es lo mismo, nada nuevo me espera y me aburre esta situación.

Y pues esa fue mi queja semanal. Espere la siguiente en el próximo post.

PD. Oh sí, habrá otro post.

viernes, enero 04, 2013

Grrr!


Así me gruñó el invierno, pero aún así cómo no quererlo con lo feo que es. Y sombrero, además.

Cumplí 26 el 26, número importante para mí sin ninguna razón lógica y que incluye alto contenido de narcisismo  pero como se me fue la fecha creo que ya no tiene gracia que lo mencione dos semanas después, entonces a lo que vine.

No tengo un motivo especial, ni tampoco lógico, ni siquiera tengo mi lista de libros del año XXV, la cual muy a mi pesar es extremadamente corta y que espero subir en la siguiente entrada.

Mis propósitos de año nuevo son amplios y grandes, y como si fuese mi cumpleaños no los menciono por temor a que se queden impresos sólo en ésta pobre y sencilla entrada.

Quisiera decir más, y espero decir más. En un futuro, espero no lejano.