Pareciera que tengo una vida tan demandante que me impide teclear de manera regular.
Desmentiría lo anterior diciendo que solo no he tenido nada qué decir (lo cual en parte es cierto) pero busco en mi mente las semanas anteriores y ahí están, todas ellas llenas de momentos; buenos y malos momentos que si bien ocuparon mi tiempo en su totalidad ahora permanecen ahí, atrás, en el desván de mi memoria que dice que aquello tiene relevancia pero que igual ignoraré.
Bueno, empecé la cuenta regresiva (20 días) para el término de todo un año lleno de las más diversas situaciones, contratiempos, males y bienes que evito rememorar, porque aunque estoy a punto de cumplir un cuarto de siglo en esta tierra sigo sin poder manejar las emociones que para los demás parece algo "normal", algo que va dentro del paquete de lo que es vivir; para mí siguen siendo cosas extrañas y anormales que no logro asimilar, y como la cobarde que soy, me niego a dedicarle el tiempo suficiente para comprender que pertenezco a esa raza que es tan extraña para mí.
Any way. Lo que quería compartir era muy diferente a esto, pero creo que la carga de fin de año está haciendo de las suyas conmigo y como estoy perezosa para impedírselo, pues dejo un poco de la nostalgia que invade mi inconsciente diciéndome que estoy justo a la mitad del camino, de mi camino con niebla pero que igual podría seguir andando aún con los ojos cerrados porque afortunadamente, cada día estoy más segura de lo que quiero hacer, y eso, mis queridos saltamontes, proporciona la más grandiosa y apacible estabilidad de la que había carecido hasta hace poco tiempo.
1 comentario:
No te angusties por eso, en Diciembre todo el mundo, quiera o no, se pone nostálgico y reflexivo. Científicmente hablndo tal vez sea culpa del frío, pero en otros términos... Quizá, y sólo quizá, la conciencia de todos se digne a hacer acto de presencia en fechas como éstas. No lo sé.
¡¡Saludos y perdona por no pasar por aqui en mucho tiempo!!
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