miércoles, septiembre 28, 2011

Pastorear Gatos

Organizar ateos es como pastorear gatos... y acomodar a toda una generación de ingenieros para la foto.

Tal vez en algún tiempo atrás había ansiado ser fotógrafa, capturar para siempre un momento entre papel y tinta y quién sabe, tal vez alguna que otra alma en un retrato parecía algo atractivo... durante los primeros cinco minutos que estuve esperando mientras Tiffa estaba disfrazada de algún personaje de Harry Potter.

Es bueno superar los "hubiera". Creo que lo he hecho.

En algún rincón de mi mente, por allá donde guardo la teoría económica estaba una vocecilla que me prevenía el sentir alguna clase de envidia, un "hubiera" al estilo: "si hubiera continuado en la carrera ahora estarías también preparándote para la foto de la generación"

Era como exponer un pedazo de lo que decidí dejar de lado, un pequeño vistazo de lo que me estaba perdiendo y de lo que me seguiría perdiendo, pero me alegró saber que no había nada, no había envidia, no había añoranza ni siquiera un "hubiera", o bueno, tal vez el del tipo: "Yo hubiera venido con pants y tennis, quizás descalza, de igual forma la toga tapa todo. Fools"

Entonces me alegré de no ser fotógrafa, me alegré por Tiffa y me alegré cuando aún me sentí parte de la comunidad universitaria y el Goya aún mueve cuerdas que creí quietas. Solo digo que fue genial.


Ahora el problema acuciante: No he escrito nada, no he dibujado nada, no he pintado nada pero he visto películas como si no hubiera visto el cine antes y he leído uno de los mejores libros de este año Diccionario De Juguetería. Humor sarcástico y pintoresco mexicano que me atrapó con su advertencia: "Apto para todo el público. Si usted no es todo el público, favor de abstenerse de leer", por allá en los años en que el final del tricolor se veía imposible y se añoraba como si su desaparición fuera la respuesta todos nuestros problemas, incluso se pensaba que la leche jamás se agriaría o que Santa Claus podría darse su tiempo para pasar por este país. Puras fantasías como la resurrección de su señor Jesucristo. Amén.


Me parece un fenómeno curioso eso de pensar que un cambio futuro va a venir a arreglar todos los desperfectos cuando en realidad los empeora, o de plano pasa el cambio y nosotros lo vemos por la persiana mientras seguimos desayunando nuestros Zucaritas con plátano.


Como aquella vez en que trajeron mi nueva silla a la oficina y mi jefe preguntó ¿Qué le parece? mientras yo me daba vueltas a media oficina sobre ella. Sip, oficina llena y le respondía que para mi propósito era perfecta.


-Ahora solo deje que Dany se la engrase bien.


Me detuve en seco y tras asegurarme de que me la devolverían enseguida la dejé ir y pedí que pusieran mi nombre.


-Pero esta es solo temporal- dijo mi jefe.

-¡Oh! pero ya me he encariñado y había pensado en ponerle Diddy.


-Creo que tiene una empleada enferma, Señor.- dijo Rox.


_¿Te sientes mal, Rox?- Pregunté preocupada. Digo, si ella se enferma yo haría todo el trabajo.


Total, todo quedó en una falsa alarma porque Rox está en perfectas condiciones.


¿Quién puede entender al mundo cuando la mayoría esta cuerdo? De seguro yo no.

miércoles, septiembre 14, 2011

Sueño

Y luego no te quejes, Marcia, de que no te saluden cuando pases por la calle junto a ellos, cómo podrían reconocerte después de tanto tiempo... bueno, ni tanto.

El otro día, o para ser más específicos, la otra noche seleccionaba la música para el soundtrack de mis sueños. El frío ya se dejaba sentir deliciosamente calador y estaba dispuesta a hacerme bolita en medio de mis frazadas... frazadas, se lee tan bien. Apuesto a que de pronto me sacaron de la cueva de su mente para llevarme a una hermosa cabaña en las montañas, ahí donde Heidi jugaba de niña, y si no lo hicieron, pues muy mal, ¿saben cuánto tiempo llevo sin salir de la cueva hermética en la que me han puesto?, ¿eh?, ¿a caso no piensan en alguien más que ustedes?, ¿qué les cuesta llevarme a una cabaña? ¡Son tan injustos! tan injusto como que el corrector me ponga mal la palabra "bolita" como si estuviera ortográficamente mal puesto envolverse en uno mismo, pero no se preocupen, estoy dispuesta a perdonarlos, porque mi corazón es bueno... eso o sigo igual de loca.

Bueno pues, estábamos con la música. Hay diferentes tipos de frío, y obviamente diferentes playlist y diría que son gustos culposos pero hay que ser en verdad necios si no se aprecia adecuadamente la calidad de los soundtrack de la saga Twilight, porque una cosa son la porquería de películas y otra muy distinta los soundtracks que son, en mi muy poco humilde opinión, muy buenos, entonces los elegí como música de fondo y después seguí con el plan anterior.

Resultados:

Me encontraba en una cueva donde me refugiaba con el Dr. Frankenstein, (y con Dr. Frankenstein se debe entender que con Kenneth Branagh) y nieve en el exterior. Por alguna razón yo quería convertirme en mujer lobo porque él era un hombre lobo, para hacerlo se necesitaba quitarle la piel a un lobo y confeccionar una especie de traje a la medida con esta piel, lo cual Frankesntein no quería hacer pues porque obviamente, se tenía que matar a un lobo.

En medio de un frío imposible un lobo entraba y me atacaba y yo, con las pocas lecciones que he recibido de Rambo y un cuchillo lograba... ¿matarlo? no sabría decirlo con exactitud, pero de algún modo le quitaba la piel (recuerdo con bastante desagrado el proceso) y al final él aceptaba hacerme mi traje de mujer lobo.

Lo miraba coserme con una grave falta de delicadeza, coserme la piel sobre la mía y cuando terminaba se marchaba para regresar como Gilderoy Lockhart mientras yo me debatía entre una especie de saco hecha con piel de lobo.

Yo no sé si mi subconsciente quiere darme algún mensaje con respecto a mis pensamientos mundanos, pero de lo que sí estoy segura es que no descansé nada.

Esa noche dormir fue como perder el tiempo leyendo este post, pero pues lástima, ya lo hicieron.

PD. Tengo nuevo sofá, pasen a estrenarlo.