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martes, enero 24, 2012

La Amargosidad

Tal vez no sea la persona más feliz o animosa que te puedas encontrar en un circo. Puedo ser graciosa, pero no significa precisamente que me esté riendo sinceramente. Mi humor sarcástico solo me deja ver lo malo satirizando lo poco de bueno que me he encontrado en el camino.

Soy de esas que ven una mancha de tinta de impresora e intentan encontrar formas para saber qué tipo de obsesión tiene ése día, por ejemplo, hoy fue un payaso malvado sonriente con una gran verruga en una mejilla. Aún ahí está presente algún tipo de trauma ¡y verrugoso, además!.

¿Cómo puede alguien como yo vivir en un mundo como este sin tener la necesidad de cortarse las venas con lo primero que se encuentra?

En la realidad, los que en verdad viven en ella, saben que los finales felices solo están en papel escritos con tinta pero grabados en la mente.

Aquel leve suspiro que se escapa más de nuestra ilusión que de los pulmones al terminar una buena historia ya sea leída, vista o escuchada son los que nos proporcionan cierta esperanza, que en algún lugar en maravillalandia, a un lado de imposibililandia y al norte con estúpilandia está aquel final que siempre buscamos y no encontramos pero los sabemos.

También hay historias que no pueden terminar bien porque no es lo correcto, pero qué pasa con aquellas que durante toda la trama luchan por un final feliz y no lo obtienen. ¿Qué diablos pasa con mis finales felices?, ¿Nadie aprendió de Jane Austen?, ¿Qué pasa con esta generación? Si quisiera ver una historia realista no leería ni iría al cine, para eso hay espejos en todos lados. 

¡¿Qué pasa con mis finales felices?!

Puedo vivir con la idea de que la realidad es mala, pero no puedo con la idea de que ahora ya ni siquiera se imaginan buenos finales.

Y esto es todo lo que tengo que decir al respecto.

lunes, noviembre 29, 2010

Rebobinando

Se aceptan reclamos por todo el abandono de mi amado blog, favor de dejarlas en el link: "quejas"

Ahora veamos, me desaparecí por la inmensa cantidad de trabajo que tuve, porque en mi nueva morada aún no tengo conexión y porque preferí ver El Avatar en el menor tiempo posible, los tres libros completitos así que al parecer tengo mis prioridades algo revueltas.

Tengo que empezar por referir que Chicle trajo solo una cosa buena y es que se convirtió en Charlotte y me quitó de encima a Mr. Collins, así como lo leen, el susodicho ya no me molesta y ella es feliz por llamar la atención de todos los entes que plagan mi lugar de trabajo; lástima que algunos otros siguen aferrados a mi pero me conformo con uno menos.

Chicle es algo más fastidiosa pero como tenía trabajo tuvo que conformarse con los pequeños chismes que me refería en menos de un minuto y de los cuales no presté ninguna atención y es que he conocido a mujeres chismosas pero mira que Chicle se esfuerza por ser la más fastidiante al grado en que un día me fugué para poder ir a comer sola. Porque en verdad me encanta andar sola. ¿Mencioné que Chicle es muy alta? Yo le calculo como 1.75 mínimo y a la lista se le ocurre usar tacones de 9cm, lo que a su lado me hace ver y sentir como una Hobbit. Odio sentirme pequeña, odio caminar a su lado y usaría tacones también de no ser corta de reflejos, además mis prioridades se inclinan hacia la comodidad. Chicle no me agrada.

¿Hora de las lamentaciones?

Bueno, lo que más me duele es que no he podido ir al cine, no he visto Harry y tengo una urgencia de ir a la biblioteca que se compara con mi nivel de estrés acumulado en las últimas dos semanas. Mi último libro leído fue Noviembre de Gustave Flaubert a principios del mismo mes, lo terminé en un día y desde entonces sólo he leído capítulos preferidos de algunos libros, La Importancia De Llamarse Ernesto (el cual siempre me entretiene y me hacer reír) y blogs, pero me siento como si me estuviera dejando de un lado.

Lamento que mi blog esté tan abandonado. ¡Jebús! sigo teniendo la lista de Elfman, y aunque me agrada para todo el año es hora de cambiar.

¿Nuevas perspectivas?

Estoy trabajando en una playlist para fin de año que va a estar bastante decente, por ahora para quitar el naranja friegaretina y poner un intermedio y preludio para la nueva música va Punto Muerto. Empieza diciembre, mi mes favorito y conseguí Mujercitas; vi una edición del Conde de Montecristo la cual pienso comprar debido a que Tiffa no me a regresado mi ejemplar y como sigue siendo mi libro favorito siento que me hace falta un brazo.

Por ahora creo que es todo lo relevante, omito pequeños detalles como el hecho de que un tipo quiere robarme de mi empleo para trabajar con él lo cual obviamente no voy a aceptar, Chicle se convierte en una imitadora, me llamó "ñoña" y creo que le dan celos de... Caray, pues no tengo idea pero es de esas tipas que son felices llamando la atención, Corrí al primo de un amigo de los dueños de la empresa por fumarme en la cara y descubrí que soy excelente trabajando bajo presión, aún con los jefes a mi lado. Antes me intimidaban y me ponían nerviosa, ahora no. Chicle también me molesta por eso. ¿Mencioné que me pregunta cada detalle de lo que hago? ¡Y yo que me creía sin vida propia!

Prometo no abandonar tanto mi blog, ahora mismo van las actualizaciones generales, incluyendo Punto Muerto.

PD. Si buscan el link "Quejas", me alegra comunicar que no existe, gracias por su lectura. Atte: La Gerencia. MAKyLV.

martes, octubre 12, 2010

Solita

Bien, es oficial, ya puedo sobrevivir sola, pues acabo de deshacerme de una cucaracha de un metro de largo. Solita. Yo. Bueno, también la cucaracha estaba sola pero ese no es el punto, el punto es que solucioné el gran problema. ¿Y qué si me tardé una hora decidiendo qué hacer?, ¿y qué si estaba a punto de no bañarme para no tener que enfrentarla?, lo importante es que al final lo hice con gritos y maldiciones en cuatro idiomas, miles de escalofríos y estremecimientos. ¡Bien por mi!

Ya pasó el trauma que traía ayer. Quizá ahora no esté cantando Oh My God de los Kaiser como me prometí hacer en la primer semana de mi mudanza, pero en su lugar esta Panic! At The Disco con That Green Gentleman. Creo que es perfecta, y es que después de que todos me preguntaran si me encontraba bien y que mi respuesta "Sí, gracias" se oía tan falsa como cuando dije que algún día leería la Biblia completa concluí que en verdad me veía mal.

Ayer también escuché algo que equivaldría a ver la aurora boreal si hubiera sido algo apreciable, pero fue más como comprobar que hay vida en el desierto del Sahara, es decir, es interesante pero no importante, por lo menos para mí. Mr Collins decidió aparecerse de nuevo por mi oficina para invitarme de nuevo a salir y negarme (síp, adivinaron) de nuevo.

Mr. Collins: ¿Alguna vez has usado vestido?

Yo: Hace muchos años que no... bueno, no tantos.

Mr Collins: (sonrisa tonta) Te invito a cenar y te pones un vestido.

Yo: (mirada WTF?) No, gracias. (cara ahí-vamos-de-nuevo)

Mr. Collins: Voy  a seguir insistiendo.

Yo: Adelante. 

Mr. Collins: (en el minuto de iluminación) Sí, adelante, sigo haciéndola de pendejo.

Yo (encogimiento de hombros y sonrisa de confirmación)

Primera vez en que le doy la razón.

Me dio risa que él solo, por fin, se diera cuenta y es que acepto que soy muy maldita en esas circunstancias porque simplemente ignoro a las personas que no me agradan, como si no existieran pues cualquier intercambio verbal deriva en algo totalmente desesperante. Ahora siendo sinceros y conociéndome, si yo me tratara de ese modo ni hacía el intento de hablarme, pero Damnit! i love me... .

De camino a mi nuevo domicilio me encontré con una par de mujeres mayores que me recordaron la película de Arrastrame Al Infierno que apenas vi éste fin de semana (la vi porque Tiffa dijo que estaba graciosa), una de ellas se paro justo a lado de mi asiento por lo que decidí cedérselo antes de que me arrancara un botón... o sierre o lo que fuera y me maldijera, igual y era pura paranoia, pero por si a caso. De todos modos se negó diciendo que iba a bajar pronto, aunque yo bajé antes que ella. No fue miedo, fue mera precaución. 

Como ahora me queda más cerca el trabajo de la casa y de Tiffa quedé en reunirme con ella al finalizar una de sus clases y terminé entrando a una donde el profesor me preguntó si había entendido lo explicado, afortunadamente aún recuerdo algo de mi curso de álgebra lineal y no me sentí tan perdida aunque debo confesar que oí un rechinido bastante molesto dentro de mi cabeza.

Durante la clase hablaba con Tiffa de mi reciente depresión pstmudanza. Yo andaba con mi cara toda tristona y a la mujer se le ocurre decirme:

¿Y qué?, ¿te vas a cortar las venas... o te las vas a dejar crecer?

Creo que eso fue lo que me quitó mi depresión y desde ése momento ya no me da por querer llorar cada vez que alguien me pregunta cómo estoy, a parte de que ahora mi prioridad es aprenderme cada Twit escrito por Tiffa pues reprobé fatalmente en examen sobre ellos que me hizo durante su clase y al final resultó que la depresiva fue ella.

En mi defensa aseguro que los leo todos, sólo que en esos instantes no tenía cabeza para mucho, a parte de que me siento tan cansada y aún así me encuentro escribiendo, porque éste post está siendo creado a las 12:30 hrs.

Por cierto, conocí a uno de mis vecinos, el joven se quedó conmigo mirando el final de Las Aparicio y no pude evitar pensar que era la copia barata de Dioni, el vecino gay de Tiffa pues a leguas se ve que es gay aunque su acento se oye algo forzado, ojala sea tan agradable como Dioni.

domingo, agosto 15, 2010

Inesperado

Pensaba narrarles los dolores de cabeza que provoca el no tomar café, o que terminé celebrando un cumpleaños olvidado o que justamente hace año estaba tan ebria que terminé haciendo frente a todos lo que normalmente hago sola en la intimidad de mi cuarto, pero en lugar de eso les voy a narrar un cuento.


No era la primera vez que sostenía una conversación parecida, por lo cual ya tenía las respuestas y reacciones programadas, listas para decirlas en los momentos precisos. También estaba preparada para escuchar las críticas y reprimendas que recibiría. Incluso a su mente ya venía la típica frase "No es para tanto", pues le parecía una verdadera exageración absurda tratar ese ligero tema.

"La lluvia no es un mortal ácido, simplemente es agua"

Ésa era la única contestación que en verdad quería decir en voz alta, pero la educación y los buenos modales la detenían. Una parte de ella le decía que no era prudente decirla.

Tomó aire y esperó a que aquella conversación terminará de una vez por todas. Simplemente quería regresar a su escritorio y terminar la lectura en turno.

-Te vi salir en medio de la lluvia- decía su jefe mirandola a los ojos. Siempre lo hacía- ¿Te mojaste mucho?

-No- contestó ella con desgana.

-¿Traes paraguas hoy?- insistió con voz amable.

-No, no me gustan- contestó ella. Esperaba la crítica o la reprimenda y el sabio consejo de "deberías traer uno", pero no estaba preparada para lo siguiente.

-Te gusta la lluvia.

No fue pregunta, fue la afirmación de un hecho. Ella se quedo contemplando aquellos ojos claros que la miraban, no con crítica o pensando que era insensata. No había en esos ojos nada más que comprensión y tal vez algo de fascinación, por lo que ella se limitó a asentir.

Por primera vez se sintió observada por él y es que siendo sinceros, muy pocos logran percatarse de cosas tan sencillas como el simple gusto de caminar bajo la lluvia, sin prisas, sin tratar de protegerse; muy pocos sólo ven a la chica rara que no se comporta como los demás; muy pocos son capaces de percatarse de que a ella le gusta el agua en su piel, la sensación de frescura, la sensación de que por un momento puede sentirse como una persona diferente al resto del mundo.

Tardó varios minutos antes de dirigirse a su escritorio y tomar su libro con una sonrisa en el rostro, contenta de que alguien la hubiera dejado sin palabras.


domingo, julio 04, 2010

Sin Cabeza ni Zapatos

Estado Físico: Pijama, soñolienta, hambrienta, ardor en los ojos, manos largas como las de un gorila, piquete arácnido en pie izquierdo.

Estado Mental: A 40% de capacidad neuronal, vista nebulosa, capacidad ortográfica mínima... en pocas palabras, no confíen mucho en el escrito.

Hora: Mmm... maldito reloj miniatura... si mis ojos no me engañan, y una parte de mi dice que sí lo hacen, son las 1A1 hrs, en punto... fíjense en la hora del posteo para mayor confiabilidad.

Música de fondo: Amy, sip, Amy con coros personales... ¡Canto bien! Eso digo yo.

Veamos, un recuento ahora que todavía no olvido nada y antes de que duerma y todo parezca un sueño o pesadilla, o alucinación o...

El principio, mmm, todo comenzó en el año del 86, mi madre veía una película cuyo nombre de la protagonista le encantó y dijo: "Si de mi panza sale una niña, la llamaré así... si es hombre sólo cambio la última vocal y listo", afortunadamente fui mujer, si hubiera sido hombre no sólo odiaría mi nombre, si no también  a mi madre, ahora sólo odio mi nombre...

¿Ese principio no?, Ah ya, ¿te refieres a hace tres días, o dos o el viernes pues?

Bueno, todo comenzó el viernes, llegaba de trabajar y justo en la pared del lado derecho había dos entes trepados sujetando a la varilla una cuerda demasiado gruesa, mi primer pensamiento racional fue que estaban preparando la horca para algún culpable, en ese momento pasó un niño con una moneda, como buena pirata dije "hay que comenzar con el canto" y empecé:

El rey y su grey
a la reina por ley
ataron a su galeón.

Sé que mi hogar
va a ser el mar
donde esté, yo estoy.

Yo-ho, todos juntos
la bandera izar
pillos y mendigos
nunca morirán

Cuando vi que dejaron ir al mocoso sin prestarle la mínima atención, pensé que algo andaba mal, fue entonces que acercándome más, vi que no era una tarima para ahorcados lo que estaban armando, sino que sujetaban una lona. ¡Carajo!, prefería mil veces que mi primer pensamiento hubiera sido verdad.

Una fiesta, una gran fiesta justo a la puerta de mi casa para el siguiente día. Bien, puedo soportarlo... No es verdad, llegué a mi cuarto y al verlo todo tirado salí corriendo y me fui a tirar al sillón maldiciendo a los vecinos quienes en sus fiestas tienen la costumbre de terminar con tequila y plomo, acompañado de maldiciones... algo así como Tortuga, sip, tal vez no sería tan malo, simplemente tendría que imaginarme en alguna cantina de Tortuga y ayudarlos a maldecir.

Ok, salí con Vi por algo de efectivo y unos Bones, quería comenzar la fiesta el viernes y yo quería que me platicara sobre el libro que le compré y quejarnos libremente sobre nuestra sobriedad del último mes.

Ah, qué bueno es recuperar viejas relaciones, mi hermana a vuelto al 100%, vuelve a ser la misma rebelde que yo siempre había conocido antes de cometer el suicidio de casarse, pero ahora ha vuelto y para mí sorpresa me cae mejor que antes... de seguro es por el hecho de que me ayuda con el gasto del alcohol.

Esperen, hora de consultar la agenda en línea para ver la cronología de los hechos (Twitter)

A eso de las diez comenzamos con los bones, obvio no nos duraron, así que mi padre nos ofrece brandy, pero no, sacamos la reserva de tequila, cinco caballitos después Vi me caía mucho mejor y se ganó su nuevo rango, ahora me voy a referir a ella como mi Sista (apocope de sister).

Mientras hablábamos yo limpiaba mi cuarto. Ocho caballitos después salí a lavar ropa pese a las protestas de mi Sista "Ya estas ebria y estás loca, no puedes ni mantenerte de pie", "No- le contesté- la que no puede mantenerse en pie eres tú, yo sé mantener el equilibrio aún si el piso bajo mis pies no deja de moverse"

Total, le gané la discusión y se fue a dormir. Ya estaba entrada y no paré hasta que se acabó la ropa y el tequila, pero oigan, todavía pude hablar por messenger (¿por el messenger se habla?... bueno, me comunicaba, pues... Horacio no digas nada sobre si estaba cuerda o no ¿bien?) y a media conversación algo comenzó a vibrar, caray, tardé más de dos minutos en encontrar el origen de aquel sonido extraño hasta que vi mi celular, ¡cinco llamadas perdidas!, Carajo, si de por sí no suena mi cel muy seguido y yo dejo ir las pocas llamadas que entra, vibró en mi mano (afortunadamente contesta con solo abrirlo, ya que si necesitara la intervención de precisión de mis dedos jamás hubiera sido posible) y era A. Oh sí, el hijo pródigo regresa a casa.

Por el tono deduzco que no soy la única "contenta", y La Voz me dijo: "Tienes que disculparte", ¿Porqué?- le pregunto- y ella contesta "por lo del efecto colateral ¿recuerdas?", Ah, sí, el efecto colateral... lo siento pero el tiempo de reclamos ya expiró, pase a la siguiente ventanilla.

Todo lo anterior, para mi gran vergüenza lo dije en voz alta con el cel pegado a mi boca, afortunadamente él lo atribuyó a alguna alucinación debido a su estado, bueno, en realidad eso intenté que creyera, pero no funcionó. 

-Quiero mi disculpa personalmente- me exige.
-Lo siento cielo, esto es todo lo que vas a obtener de mí.
-Ya veremos.

Me invita a un café, acepto pues porque era café, eso nunca se rechaza, pero para gran fortuna mía no aclaro la fecha. Ya es demasiado tentar el destino y le rezo a MONESVOL para que sea mala copa y todo lo olvide... Claro, ya no era viernes que es el día de oficina de MONESVOL, así que todo quedó perdido.

El sábado recibimos la invitación de los vecinos a la gran fiesta. Me sorprende que la invitación no tenga forma de revolver, pero bueno, mi familia se empeña en asistir y mi madre decide no hacer de comer.

Ok, puedo asistir sólo para comer y después si no hay bebida entro a mi casa. Aja, los planes y yo nunca nos ponemos de acuerdo.

En mi correo hay una trivia para ganar no sé qué cosa, pero es referente a unos libros, y para mi gran sorpresa dudé en tres preguntas, TRES. Según yo, me sabía los libros de pies a cabeza, pero no, así que con el ego herido me hice el propósito de leerlos en el resto del fin de semana, son tres y me digo que si puedo lograrlo.

Aja, mis planes de volver a mi puesto en casa se van al caño: ¡Nada más pervertido que yo en mi cama con tres libros y los lentes en posición "anteojos-tercera-edad"!

Bien, puedo hacerlo sin hacer pucheros. 

Mmm, carajo, de verdad me hace falta la agenda, lo siguiente no recuerdo el orden: ducha con agua fría por el tremendo calor, intento de arreglo personal, piquete de un arácnido en mi pie, roncha que parece protuberancia (le dibuje una carita feliz para que no se viera tan serio... idea de Montt... miren, ¡¡aún puedo poner enlaces!!), maldiciones cada cinco minutos, mi madre quitándome un ¿aguijón?, ¿las arañas dejan aguijones?, me gano una paleta payaso por ser valiente, decido quedarme en casa con mis libros y mi pie hinchado y el nuevo amiguito que tiene residencia en el.

Para mi gran sorpresa, me quedé dormida mientras un chipi-chipi comenzó a caer, en el libro, por pura casualidad mencionaban algo similar... Odio dormir demasiado, pero debo admitir que la siesta fue buena... Sin contar que mi Sista pensó que había muerto por el piquete de araña y ya pensaba qué quedarse como herencia y no la culpo ya que yo no suelo dormir en el día. Ah ¡mi Sista!, ¡Qué bueno es tenerla de vuelta!

Diez de la noche (gracias Twitter por la hora), no había nadie en casa y a mi estomago se le ocurre rugir de hambre, al ver la cocina desierta me acuerdo de que mi madre no cocinó y tengo hambre y no hay azúcar para un café decente, caray, regreso a mi cuarto para hacerme bolita e intento conversar con Protuber (así le llame a mi roncha feliz), pero ya va desapareciendo y la carita se va deformando, parece que me ve con lastima y lo mando al carajo, intenté borrarlo pero ahora ya comprendo la leyenda "marcador permanente".

Una hora después entra mi Sista y me dice que le guarde una botella de tequila, para la reunión de la próxima semana, acepto pero no cuenta con que tengo sed y no hay azúcar, la tontuela se va a dormir tranquilamente. ¡Qué buena es mi Sista!
Ahora tengo sueño, voy a dormir y después a seguir con la lectura.

PD1: ¿Se dan cuenta de que ya no puedo dejar de usar las PD, qué acaso no basta con lo largo del post?

PD2: Protuber desapareció, sólo dejo un rostro extraño, una marca morada y no puedo escalar paredes.

PD3: Ahora sí compro la agenda.

PD4: Recuperé mi lugar en casa satisfactoriamente y SIN PLANEARLO, por favor, si ven que empiezo a hacer planes, recuérdenme que nunca me salen.


lunes, junio 28, 2010

Sin Oompa Loompas

No tengo ganas de café, mi estomago está sensible seguramente debido a la gran cantidad de porquerías que tragué ayer, tengo sueño, soñé con dramas adolescentes gracias a ver ocho capítulos de Dawson´s Creek y encontrar más parecido con la realidad de lo que quisiera. ¿Qué tan patético es ver gran parte de tu vida resumida en dos series?... Eso no se ve bien.

Empezaré por decir que mi sábado terminó inesperadamente. ¿Recuerdan la necesidad de la agenda?, ah pues aún no la he adquirido ya que no he visto alguna que me agrade  completamente. Soy medio especial en mis pequeñas libretas donde debo anotar algo, pero lo agradezco ya que la hubiera botado a la basura el mismo sábado.

Tenía tres compromisos, todos igual de interesantes y estimulantes, bueno como recordaran uno se vio cancelado el miércoles, cancelado inesperadamente y sin remedio (bueno, acepto que se canceló por mi culpa), quedaban dos más: la visita familiar a un recién nacido junto a una sana competencia, pues todo quedó frustrado cuando mi hermana y sus niños se resfriaron gravemente, lo cual hacía imposible su acercamiento con el nuevo miembro de la familia si no se quería cometer infanticidio. El segundo era con Tiffa, la cual se vio envuelta en ser niñera por todo el fin de semana, así que terminé en casa desde las seis de la tarde sin nada qué hacer.

Como persona cuerda y decepcionada hago lo único sensato: Me gasto una fortuna en comida chatarra dispuesta a inducirme en un coma diabético viendo filmes, en especial Willie Wonka, (es tradición verla con una gran fuente de carbohidratos hasta terminar con dolor de estomago), pero oh sorpresa, la presté y ni siquiera recuerdo a quién. Un sábado sin Oompa Loompas. El sábado empeora.
Ok, otra cosa que alza mi ánimo es ver a alguien más desgraciado que yo: Sweeney Todd, estoy en el proceso de aprenderme todas las canciones del musical. Surge un pequeño inconveniente, los pays tienen carne humana, lo que me impide saborear de todas las golosinas frente a mí. Así que decido que si me voy a suicidar, Dowson es una buena arma para hacerlo... con algo de estilo.

Me sorprende que una serie ya algo vieja (Auch!!) aún tenga relación con mi vida, aunque he de admitir que me ayuda a ver ciertas situaciones desde otros puntos de vista pero no deja de ser terriblemente patético.

-Retirate  con dignidad, Marcia- Me aconseja Ann y voy a dormir.

Domingo por la mañana, hace demasiado sol y no tengo ganas de nada, ni siquiera de café. Leo un par de revistas, una de ellas relacionada con Harry Potter, así que se  me antoja ver el prisionero de Azkaban, sí, el ánimo va levantandose hasta que recibo un recordatorio, cosas que prometí cumplir en un periodo determinado y el cual tiene su fin éste sábado... después de todo creo que sigue siendo necesaria la agenda, bah, termino de ver el prisionero, después vuelvo con Dowson.

6:00pm, sigo en pijama, mi cabello igualito al de la Sra Lovett, un dolor estomacal debido a la gran cantidad de dulces ingerida y dispuesta a tomar mis dosis cafeínicas recomendadas me doy cuenta de que ya no hay café. Mi madre me dice que TENGO que ir YO, pues ella está ocupada. Hice pucheros y ni aún así se apiado de mí.

-Puedo hacerlo, sólo no debo de parecer tan Sra. Lovett- me digo a mí misma pero cuando estoy frente al espejo me doy cuenta de que no hay oportunidad, simplemente  mi parecido con la Sra Lovett es meramente mental, a su lado ella es la reyna de belleza. Mi ánimo baja hasta que los números negativos es la única numeración conocida, me hago bolita en mi cama y sigo ingiriendo golosinas... nada recomendable.

Así perdí mi domingo. Al final el objetivo de encontrar a alguien más desgraciado que yo no se cumplió: No compré café, hoy sigo sin tener ganas de tomar mi preciado café, tengo miles de cosas qué hacer y ver y sólo tengo de aquí a el sábado, he gastado todo lo permitido en un mes en sólo un día, así que me he quedado sin fondos futuros hasta dos semanas. GENIAL.

Ayer llega mi hermana y habla conmigo, no noté que venía ebria hasta que sacó sus instintos genocidas y comenzó a hablar demasiado rápido... cuando esta ebria se parece a mí: empieza a maldecir, todos le temen, cualquier cosa en sus manos se convierte en un arma letal (tuve que esconder mi lapicero y estar a un metro de distancia alejada de ella, por mi bien) y me pregunto cómo es que terminó ebria y con una cita para el jueves al cine, para ver Toy Story 3 y contándome una parte. ¡Odio que me cuenten las películas que quiero ir a ver al cine!...

Soy patética.
PD1. The Worst Pies in London es de ahora en adelante mi himno personal para describir mi arte culinario.
PD2. El tan buscado dolor estomacal se logró después de todo. Tan bien hice mi trabajo que ahora hasta tengo escalofríos. Dios!! en realidad me siento mal.

PD.3 Por alguna extraña, extrañisima razón ya van tres días seguidos en que confundo mi lap con el despertador, de hecho hoy bajé el volumen de la lap que estaba apagada, en vez de apagar el despertador. Incluso tengo un lapsus en que recuerdo haberla abierto a media noche y no tengo idea de qué rayos intentaba hacer si ni siquiera podía abrir los dos ojos al mismo tiempo.

PD4. Quiero un Oompa Loompa urgentemente, que cante y baile y al que le pueda dar un zape.

martes, junio 22, 2010

¡¡Necesito Una Agenda!!


¡Lista, lista...!

-Necesito una agenda (Marcia, ya tienes dos agendas, ¿para qué quieres otra?). Necesito una agenda para usarla como agenda, las otras dos no las uso como agenda, por lo tanto, no son agendas y necesito una.

-Todos mis compromisos los anoto en un calendario en mi cuarto, y si fuera de bolsillo sería una agenda, pero el calendario no es de bolsillo, por lo tanto, no es agenda y necesito una.

-Los compromisos o cosas que surgen sin previo aviso las anoto en papelitos, los cuales en su mayoría terminan extraviados en mi bolsa y por lo regular los encuentro un mes después y si me va mal, una hora después de su fecha de vencimiento, por lo tanto no son una agenda y necesito una.

-A cabo de hacer una cita que después de un momento se volvió doble, con personas diferentes, en lugares diferentes (por lo tanto, Karolina, eso de cambiar de mesa y las excusas para desparecer como en las películas no es un buen plan) y como no tengo agenda la programe incluso para la misma hora. Tal vez mi mente cree que recicla el tiempo pero mi mente hace citas dobles, por lo tanto no es una agenda y necesito una.

-La Voz es buena recordando cosas, pero La voz sabe tanto como yo y recuerda tanto como yo, por lo tanto no es una agenda y necesito una.

-...

Esto más que lista parece una "Oda-a-la-agenda", y es que La Voz que es quien se encarga de las administraciones financieras necesitaba un memo (memo como documento, no un Guillermo... ¡Odio a los Guillermos!) para aprobar el gasto y ya que estamos de acuerdo de que es muy necesaria y de que el gasto está aprobado y autorizado sólo me queda decidir a quien voy a dejar plantado.

Compromisos para el sábado, que es el día de la cita doble, Pros y Contras:

-El sábado planee ir a comer con Tiffa (le debo una comida y es hora de pagarla)

-Hice una cita para salvar lo que queda de una... mmm, ¿qué nombre se le puede dar?... ¿amistad?, no nos hemos hablado durante bastantes años, ¿relación?, puede dar pie a malos entendidos, pero no sé que nombre ponerle.

-Tiffa se va a quedar en mi casa debido a gran cantidad de cosas que hacer.

-A Tiffa la veo seguido.

-A podría llevarme a comer y yo no gastaría.

-Tiffa me mataría si la planto, además no es muy agradable que te vean comer, por lo regular, cuando tengo la atención sobre mí suelen pasarme cosas no muy oportunas.

-A aún se encuentra sentido y La Voz me ha estado molestando. A veces es tan desesperante.

-Con Tiffa puedo ir de compras después de comer, aunque no por mucho tiempo pues el sábado...

...Oh-Oh, acabo de recordar, el sábado hay planeada una visita familiar a una prima que acaba de ser madre de nuevo (¿Ven la urgencia de la agenda? ¡Carajo!)

(Ahora entra en juego la visita con mi prima)

-Ok, considerando la visita familiar, en casa de mi prima siempre hay bebida (la balanza se inclina bastante con ella

-Hay otra prima casi de mi edad y con quien hice el pacto de nada de matrimonio que hace bastante tiempo no la veo, y tengo ganas de verla (en realidad es porque mi madre empezó a hacer apuesta a ver quién podría ser más tolerante al alcohol, y digamos que tengo la duda)

-Tiffa puede acompañarme a la visita familiar y ayudarme con el dilema de los alcoholes (competencia sana entre familia, fomenta las relaciones entre primas y el bolsillo para la ganadora).

El punto es que necesito una agenda urgentemente y aún no decido a quién plantar.

lunes, junio 14, 2010

¿No sé divertirme?

Éste post es un hijo que nunca debió haber nacido, ¿por qué?, sencillo: A nadie le interesa. Lo veo como un feto que se negó a morir y que ahora mi reputación depende de su vida, o una fotografía como prueba de que sucedió... estoy desvariando, vamos al punto.

Todo mundo sabe cuan esperado era el sábado para mí ¿cierto?, no se hagan yo sé que sabían, vamos, digan que sí, al fin ni siquiera los estoy viendo... al carajo si no lo sabían, ya se los estoy diciendo ¿no?: El sábado era muy esperado por mí. Punto.

Sábado, 7:51 am. Mensaje Tiffa:... carajo, lo borré, pero aquí va la idea: Se cancelan planes, estoy con...

La verdad no seguí leyendo porque aunque lo hiciera no iba a cambiar el hecho de que me iba a dejar plantada por tercera ocasión, además el mensaje estaba entregado y recibido y maldecido: ¿A quién carajos, en su sano juicio despierta a su supuesta "mejor amiga" a las 7:51 am?, este pasó a la lista de cosas imperdonables, justo debajo de haberme obligado a quitarle un alacrán de la espalda, Oh sí, historia de terror, y los mensajitos a media madrugada (comprendase media madrugada de 2:00 - 8:00 am).

Cerré el celular de golpe y prometí quitar la canción de A Wonder World de RHCP (cosa que no he hecho), porque eso de la guitarra eléctrica a esas horas de la mañana no suena tan genial como en el día.

8:00 am. Los intentos de recuperar el sueño se ven frustrados porque Ann maldecía muy alto.

8:15 am. Demasiado mal humor así que me despabilé y comencé a hacer planes de emergencia:

Quedarme en  casa. ¿Estas demente?. Yo no quiero quedarme en casa. Los muros se cierran, me asfixio, no puedo respirar. Nos van a obligar a sentarnos en el sofá. Aceptaría si el sofá estuviera en un consultorio psiquiatrico... ¿nos darían drogas? ¿nos obligarían a decir cuanto nos odiamos a nosotras mismas?... Yo no me odio, no, yo me amo, a mí y a todas... Yo odio a Tiffa. Maldita Tiffa...

8:40 am. Me levanté pues mi sistema necesitaba cafeína para seguir maldiciendo... no, en realidad había que concentrarse en los planes.

9:00 am. Segundo café cargado. Mi madre me interceptó en la cocina y comenzamos a hablar sobre mi futura ausencia e independencia en el tono más amable que fui capaz después de haber sido plantada y despertada. De acuerdo, no fue tan civilizada, pero lo bueno es que no estaba tan mal como para mencionarle que Tiffa me había plantado... de nuevo. Y según la buena Bella, si no te preguntan de nuevo sobre tus planes no tienes porque avisarles. 

9:30 am. Las chicas se pusieron de ingeniosas y ya tenía planes: Ir a la librería, comprar unos cuantos ejemplares (ya que no iba a gastar en alcoholes, la mejor forma de gastar dinero es en libros), si tenía humor, una blusa que había visto hace tiempo, ir a comer a un lindo lugar, ir a mis añoradas y extrañadas Islas o al Centro Cultural Universitario a leer y librarme del ruido de la cuidad por todo el día. Ir al cine quedó descartado al no haber ninguna película deseable.

10:00 am. Llamada de Tiffa: No sé a qué hora me desocupe, pero si puedo hacer algo te aviso, no es seguro...

Bah, era lo mismo del mensaje, lo bueno es que el mal humor iba en descenso.

10:00 am. Progenitora de nuevo, preguntado cuándo Tiffa iba a ir a casa, ¿porqué yo siempre salía de casa?... me hace sentir como niña pequeña que necesita pedir permiso. Pregunta a qué hora regreso, contesto que a las diez,y con tono amenazante dice: Pero te quiero aquí a las diez en punto.

Yo: Claro, ¿cuándo he fallado?, te aseguro que estoy aquí a las diez de la noche.

Prog.: bla bla bla...

¡Qué diablos!, ella pensaba que sería del día domingo, nadie sabía que iba a regresar el mismo sábado. Cortesía de Tiffa.

10:30 am. Salgo con algo de bilis pero me alegra la perspectiva de pasar un día completamente sola con mis voces. Ya lo necesitabamos, además había nubes y como ultimamente se me da lo de predecir las lluvias, estaba segura que mínimo estaría nublado por la tarde. Mi humor comienza a reestablecerse.

Hago el propósito de no ver el reloj, por dos razones, la primera, porque Tiffa me lo regaló, la segunda, porque este era un día para mí, sin presiones, sin apuros, libertad total... fallo descomunalmente, eso de ver el reloj se convirtió en un tic, algo que hago inconscientemente.

11:30 am. Llego al paseo de los libros, entre estación Pinosuarez y Zócalo. En definitiva ya estaba de muy buen humor. Me sentía como enana en juguetería viendo los escaparates con los libros, el olor y la tranquilidad ya que no hay mucho publico y comienzo a tener ganas de dar saltitos de gusto al ver cada titulo y cada manoseo a los ejemplares.

12:00 pm. Dentro hay un espacio donde a veces hacen presentaciones, llego justo a tiempo de ver una pequeña conferencia sobre la historia del libro. La mayoría son adolescentes quizás obligados a asistir pues todos están tomando apuntes como posesos y alguno que otro más listo con cámara de vídeo.

12:10 pm. Llega una pareja de personas mayores y se sientan frente a mi.

12:15 pm. La pareja comienza a hablar.

12:16 pm. La pareja sigue hablando aumentando el tono de voz sobre, ¿qué creen?, no, no adivinan: ¡Uñas!, ¡A mí qué carajos me importan sus malditas uñas amarillentas!, Ann los calla un par de veces, pero la ignoran descomunalmente, así que cambio de lugar restregandoles mi mochila en la nuca, me voltean a ver acusadoramente y dibujo una sonrisa más que cínica y con voz envenenada digo muy quedamente: "lo siento" (¿recuerdan lo de "más vale pedir perdón que pedir permiso"?, he ahí la parte practica)

12:30 pm. La conferencia termina y me gustó mucho. Estoy indecisa si quedarme a un taller que se impartirá en 10 min. pero un libro roba mi atención en el escaparate de enfrente: "El Cyrano de Bergerac". Entro a la librería y me quedo babiando, pues tiene una edición del Conde de Montecristo de lujo y tan barata que hasta parece insulto, ambos se me presentan como caminos al paraiso, pero algo era incuestionable: El de la gran nariz nunca lo he tratado personalmente, además Edmundo me jura que esperará hasta que vaya por él.

1:00 pm. Salgo de la librería tarareando y tratando de no llamar mucho la atención por las ganas de tomar mi ejemplar y dar de vueltas, eso quizá lo haga estando sola y rodeada de árboles y rocas (por lo del camino de la serpiente... ah sí, el famoso camino de la serpiente...)

1:15 pm. Salgo a la plancha y hay un sol terrible y muchos indigentes e indecentes en el zócalo. Horrible. Huyo apresurada y mi estomago reclama algo de comida, pero con tanto ente en el zócalo no me dan ganas de buscar comida, así que huyo de la muchedumbre y busco una cafetería, salgo más tranquila con mi americano extra grande... vaya, el tercero del día... y sin haber desayunado, eso en definitiva no se ve muy bien.

1:20 pm. Llamada de Tiffa: ¿dónde estas?

Yo: En el centro.

Tiffa: Maldita, te fuiste sin mi.

Yo: Ah no, te iba a estar esperando hasta que te desocuparas en mi casa.

Tiffa: ¿Dónde te alcanzo?, quiero una blusa.

Yo: En la librería de siempre...

Oh si, iba en camino a otra librería, la librería favorita. A partir de ahora el reloj queda relegado.

Llego a la librería y busco un cuento para mi enano, le estoy inculcando el hábito de la lectura y lo mejor es que a él le esta encantando, y yo feliz de regalar libros y que no sea yo la que se los lea, para eso esta su madre y yo cumplo con mi deber de tía.

Me pierdo viendo tantos títulos hasta que veo a mi Cyrano en pasta dura, maldije un poco pero Fausto de Goethe me ayuda a olvidar. Paso al área de revistas, esta vez la elegida es "La Mosca en la pared" ya que encontré ediciones de Coldplay y Radiohead, de ahí a la sección de revistas alternativas y me paso hojeando Gotica hasta que llega un tipo que se para a mi lado con un delicioso perfume y comienza a hojear también.

Yo me muevo pues esa comunión con las revistas las prefiero con mi propio espacio personal. Veo algunas de ánime, videojuegos, dibujo y comienzo a notar que el tipo va tras de mí hojeando lo que yo dejaba. Eso comienza a molestarme pero lo olvido cuando encuentro una revista de armas y veo a la próxima protagonista de algún libro futuro. Cuando me doy cuenta el tipo esta a mi lado mirando de reojo mi revista. La voto y me alejo pues me siento invadida. Regreso a ver Gotica y cuando noté que venía de nuevo lo vi a los ojos para preguntarle el porqué del acoso cuando me doy cuenta de que era muy alto, el cabello recojido en una coleta baja, moreno pero sus ojos claros, tiene facha de rockero pero inteligente e iba en camiseta y con un libro de Doyle bajo el brazo.

Acosador: Casí a las mujeres no les gusta ésas revistas.

Yo: Soy un caso especial.

Acosador: Tu tienes buen gusto y muy variado: Manga, vídeo-juegos, rock, incluso vi la sonrisa malévola al ver a la Winchester.

Yo: Qué puedo decir, tenía mira infrarroja, doce tiros, ligera, a cualquiera le despierta la imaginación.

Me mira no sé si asustado o intimidado o no sé, agarro mis libros y salgo de la sección con una sonrisa y me encuentro con Tiffa.

Fuimos por las blusas, caminamos como maniacas para buscar comida china, encontramos el restaurante horas después y apenas si picoteamos la comida. Hablamos... bueno, más bien discutimos de la cancelación de planes, porque yo ya no tenía efectivo, ella estaba molida, pues su vecino la había despertado a las tres de la mañana para que lo acompañara por un problema legal de un tercero. Acepto los planes baratos pues en verdad no quiero regresar a casa. Salimos y caminamos al palacio de Bellas Artes y el día comenzó a mejorar, el viento soplaba y ya no había sol, así que nos sentamos en las escaleras y nos pasamos hablando de cientos de cosas hasta que un idiota nos llamo mal educadas y nosotras nos burlamos.

Partimos a su casa hasta las ocho. Afortunadamente Tiffa actuó como patrocinadora, conseguimos bebida, botana (mucha botana) y no nos embriagamos. Al parecer estamos volviéndonos inmunes. Prometemos para la próxima ir por algo más fuerte.

El domingo estuvo mucho mejor. Terminamos a las seis de la tarde paseando por Coyoacan bajo la lluvia y con helado. Como lo prometí, llego a casa a las 9:55 pm. Un correo me termina la noche y ya para relajar pongo a Amy Winehouse y comienzo a tararear, la dejo que suene bajito y termino dormida soñandome en un bar con un martini, junto a un gran piano y el músico del saxofón con una enorme nariz.

Mi hermana cree que soy una mojigata que no sabe qué es diversión. Yo digo que fue uno de los mejores fines de semana, porque no sólo es lo que hice o no, si no porque tomé la decisión de ya no postergar mi salida definitiva de casa, lo voy a hacer, no quiero llegar a los 30 años (Auch!!, ¿tenías que decir la edad, Marcia?) y vivir en casa de mis padres quienes creen que debo de pedir permiso y que no me dejan poner música a la una de la mañana a todo volumen. ¿Y creen que no sé divertirme?

jueves, mayo 13, 2010

Un Café... VII

Dos Cafés


Támara aún lo recordaba: Alan, el callado e introvertido Alan. Una sola taza de café había bastado para amarlo y una mas para aborrecerlo.

Le hubiera perdonado todo. Pensaba ella, aunque tenía límites bien definidos, límites que Alan, sin conocerlos, había sobrepasado uno por uno, como si siguiera una lista pegada en el refrigerador. Al final, creo que lo hizo a propósito. Concluyó, después de varías noches en que el sueño había huido de ella a causa de Alan.

Y ahí se encontraba, después de un año exacto. ¿Qué es esto?, ¿un aniversario?, se preguntó al entrar a la cafetería, pero se ignoró y pidió su acostumbrado café negro.

Alguien ocupó el lugar a su derecha en la barra, y no necesitó girarse para saber el nombre de su ocupante.

-¿Celebrando algo?- preguntó Alan.

-Nada importante- contestó Támara.

-Te buscaba.

-Y al parecer me encontraste.

-Sabes lo que quiero- dijo Alan sin miramientos y sin rodeos, como era su costumbre.

-Y tú sabes lo que ya no quiero- repuso Támara.

-No quiero olvidarte...

-No lo hagas- interrumpió Támara, pero Alan prosiguió como si ella no hubiese hablado.

-Cada mañana tu rostro ocupaba mi mente, y lo mismo al caer la noche, pero desde hace dos días que ya no pienso en ti.

-Considerate afortunado.

-No pienso de ése modo, como dije no quiero olvidarte; si lo hago me veré forzado a pensar en alguien o algo más, y la verdad es que me gusta pensar en ti.

Ambos se miraron mientras Támara hablaba.

-Alan, lo intentamos y no funcionó. Es que tu y yo somos tan diferentes que en comparación, el agua y el aceite parecen siameses.

-Supongo que tienes razón- concluyó Alan después de un momento- sería una pérdida de tiempo.

Ambos desviaron la vista hacia el frente y al mismo tiempo, tomaron su café, lo bebieron y depositarón la taza sobre la barra, permaneciendo quietos hasta que Támara de levantó.

-Me mudaré por la tarde, pero quiero la repisa de arriba del estante del baño- dijo Támara.

-Bien, llegaré a tiempo para cenar.

Y ambos salieron tomados de la mano.

jueves, abril 29, 2010

Un café... V

Un Café Desconocido

Gaby esperaba que el cambio de escenario la ayudase a decir lo que desde hacía tanto tiempo  ocupaba su mente. Por otro lado, Juan iba intimidado de haber escuchado aquella frase tan temida por el género masculino:

Tenemos que hablar

Le había dicho Gaby una mañana con tono serio y había salido de la habitación sin esperar una respuesta negativa que Juan tardo en dar.

El lugar era acogedor, y era una fortuna que se encontrara lleno, pues así su conversación sería difícilmente escuchada y es que Gaby tenía tanto qué decir.

La mesa se encontraba casi en el centro, pero no importaba, ahí sólo eran una pareja mas de tantas que llenaban el lugar.

-Americano, por favor- pidió Gaby.

-Descafeinado para mí- pidió Juan.-Es bonito el lugar- comentó.

-Sí, es agradable- convino Gaby.

Trajeron la orden y ambos comenzaron a beber en silencio, Gaby viendo al hombre con que se había casado, aquel del que creía estar enamorada hasta el final, pero que con el paso del tiempo se había convertido en algo sumamente aburrido, muy diferente a lo que ella había conocido, mientras que Juan hacía un análisis rápido de su comportamiento de las últimas semanas tratando de adivinar el punto en el que había fallado, pasando desde el asiento del baño y la pasta de dientes destapada, hasta rompiéndose la cabeza en tratar de encontrar alguna fecha importante olvidada.

-Está muy bueno el café, ¿no te parece?- dijo Gaby mirando el lugar con ojo crítico sin ver a su acompañante.

-Sí, no muchas veces encuentras un lugar con un buen ambiente y que se jacte de servir un buen café.

-¿Por qué lo pediste descafeinado?, Juan- preguntó Gaby sin darle mucha importancia.

-Últimamente lo he tomado así- respondió Juan con tono vano, del mismo modo en que Gaby lo había preguntado-, noto que de esta forma no sufro de tanto estrés.

-Y ¿Por qué no lo habías dicho?- preguntó Gaby poniendo ahora toda su atención en Juan- de haberlo sabido, por las mañanas te lo serviría así.

-Siempre que bajo a la cocina, el café ya está preparado- contestó Juan mirando a la mujer que era su esposa, sorprendiéndose de mantener una conversación que si bien era superficial, también era agradable-, me parecía una grosería pedirlo de otro modo cuando ya lo habías preparado.

Gaby sonrió a Juan como no lo había hecho antes, le agradó que tuviera esas consideraciones para con ella.

-Entonces ¿quieres que de ahora en adelante en la cafetera sólo haya descafeinado?- preguntó Gaby amablemente.

-No- dijo Juan y sonrió al ver el rostro contrariado de Gaby, deslizó su mano por la mesa y tomó la de ella-, en realidad no. Lo que en verdad me gustaría es prepararte el desayuno algunos días. Me encanta cocinar.

-¿De verdad?- preguntó Gaby contrariada. Ambos se miraron sorprendidos de encontrarse casados sin conocerse en verdad.

Gaby se daba cuenta ahora que su esposo podría pasar como un verdadero caballero, y Juan se percataba de que su esposa lo procuraba preocupándose por sus gustos y preferencias.

-Creo que tenemos un serio problema- sentencio Gaby mirando la mano de Juan sobre la suya.

-Uno que podríamos superar ahora que lo conocemos- afirmó Juan acariciando la mejilla de Gaby.

Ambos se miraron a los ojos sabiendo que con el tiempo serían felices, pues no había hecho falta otra cosa para entender el rumbo de sus pensamientos que el solo mirarse las manos entrelazadas.

-¿De qué querías hablar?- preguntó Juan aún temeroso de la respuesta, pero decidido a enmendar algún error cometido por su parte.

-De la forma en que prefieres el café- contestó sonriendo Gaby.