Desnivel, le
dicen. Al principio pensé que llegaría a caerse.
Es una de esas
mesas que tienen un solo soporte en el centro y una base circular que, según
las leyes de la física, es suficiente para sostenerla.
Al llegar puse mi
chamarra sobre la mesa y después apoyé mis codos, fue en ese momento en que
noté la falla.
Teniendo en
cuenta lo anterior no quería volver a recargarme pues ya me veía en el suelo y
la mesa sobre mi en medio de la cafetería, pero al aburrimiento, principalmente,
me dio el incentivo para probarla y así decidir si me cambiaba o no de mesa.
Hubo un tope y la mesa no se me vino encima; incluso jugueteé un poco con ella
midiendo hasta dónde se inclinaba. No importa si es un desnivel del piso o de
la mesa, lo importante en que no se cae.
Creo que muchas
cosas se resumen a una mesa que se balancea. Una mesa divertida.
PD1. Cinco
minutos después se desocuparon los sillones y pues, obviamente, es mejor un
cómodo sillón a una mesa desnivelada.
PD2. Dice mi Bro que me estoy tomando mi tiempo. Todas
las mañanas con dos de crema y tres de azúcar.