martes, agosto 16, 2011

Polluelo

Nunca has tenido aquella sensación de que te hace falta espacio, un rincón donde poder quitarte una de tantas máscaras que tienes.

Es como si tuvieras varios pulmones, como las vacas estómagos. ¡Vaya, 4 estómagos!, ¿Puedes creerlo?, Yo no pediría nada más en la vida que cuatro estómagos... bueno, también pediría comida suficiente, porque si sentir hambre con un solo estómago es desquiciante, ahora imagina sentir eso cuatro veces, como pequeños polluelos pidiendo comida a su madre; y ¿si su madre solo tiene una pequeña lombriz? Oh pequeños polluelos, yo les daría mi pedazo de lombriz felizmente, básicamente porque no me gustan las lombrices, digo, tengo límites aunque muera de hambre. Ahora, si en lugar de lombriz fuera una hamburguesa, entonces sí, ¡pudranse polluelos! pues porque tengo cuatro estómagos que alimentar... en caso de que los tuviera, claro.

Dejando a un lado los dilemas alimenticios, en enfocándome en lo que tengo que decir, bueno, he tenido una urgencia de buscarme un rincón donde quitarme una de las máscaras. ¿Cuál de todas? -te preguntarás-. Una de tantas -te responderé-, pero como no tengo tiempo ni las ganas para juegos de palabras, pues te lo digo así, directo: Cortos.

He visto cortos, he visto exposiciones de fotografías, he visto mi reflejo en el espejo y vidrios, donde pese a mi natural complejidad he notado que hace falta entre el exterior, mis manos y mis ojos un objeto, una cámara.

Mi percepción.

Siempre he preferido lo escrito a lo gráfico, principalmente porque siendo escritor le dices al cerebro del lector lo que quieres que vea, cómo lo vea y en qué momento lo haga. El hecho de que te lean y dejar que entren en tu cabeza permite también entrar a la cabeza del lector, a su mente, donde si bien cada lector puede imaginar cada frase a su manera, y ninguna de éstas se repetirá en otra cabeza, también es  cierto que el escritor le da un bosquejo por el cual guiarse, en otras palabras, el escritor se ve en cada versión de cada lector. Y hasta aquí con mi plan malévolo de conquistar al mundo.

Lo segundo que prefiero es es pintar, porque se tiene un alto nivel de control con lo que se crea, aunque este "control" tiene que ver mucho con la habilidad para poder plasmar exactamente lo que se tiene en mente. El atractivo para mí, es precisamente el control.

Lo que no he intentado es la fotografía, principalmente porque se rige por la ley "la realidad es lo que tienes y a ver qué puedes hacer con eso", ¿cuál es el atractivo? Bueno, una noche mientras regresaba a casa y lloviznaba me percaté de que la ciudad no se veía tan mal, con esas diminutas gotas reflejando la luz de los faroles, al fondo oscuridad y soledad, la soledad en calles vacías perturbadas solo por mi presencia y el tintineo de las gotas en el pavimento, árboles reflejando sombras tétricas pero pacificas, de pronto me pareció interesante mostrar a los demás cómo veo mi mundo, lo cual también es un gran reto. Soy complicada y no prometo el que pueda lograr capturar en una imagen a los demonios que me rodean.

Entonces he decidido entrar a lo gráfico en general, sin dejar mis letras, claro, lo que da origen a mi nuevo retoño. Es pequeño, y calvo, así que solo míralo madurar como lo han hecho mis blogs.

Asperger. Como su madre.

Y eso es todo lo que tengo que decir sobre esto.

PD. Creo que es un bono extra el que no pueda decir Tumblr sin balbucear al final.
PD2. Por ahora solo cuenta con imágenes que me gustan, de hecho estará conformado por imágenes, tanto mías como ajenas. Tumbrlrlrlr.

2 comentarios:

Lobita Nocturna dijo...

Hmmm lombrices...
Ooooh pobres polluelos, dales hamburguesa.
Hmm cortos?? espero que sean de mejor calidad visual que los que hicimos en Comunicacion... estaban para llorar...
Saludos!!!

Guerrero dijo...

Me recuerda que debo actualizar algo en el mundo digital...
Espero que tu retoño tenga muchas lombices para alimentarse porque ahora parece que crecerá bien.

Saludos!!