Leyendo

Casa de Muñecas

Henrik Ibsen

Casa de muñecas narra la historia de Nora, una mujer adelantada a su época, quien por amor a su esposo Torvaldo es capaz de falsificar la firma de su padre para pedir un préstamo y salvar la vida de su marido, por obviedad heroína, pero quien tiene que ocultar sacrificios por aquellos quienes cree que la aman, pero al final, se da cuenta de que se equivoca.

Cuando todo se descubre, la actitud de Torvaldo la hace abrir los ojos, pues éste sin apreciar el gran sacrificio que Nora había sido capaz de hacer por él, la culpa de la desgracia que caería sobre sus hombros (cretino), hombre de reputación con una alta plaza en un banco y quien no ve otra cosa que el posible chantaje que éste podría sufrir por el acreedor de Nora.

Menuda actitud toma cuando todo queda resuelto, el acreedor regresa el pagaré y todo queda arreglado, Torvaldo cava su propia tumba y crea el abismo que se abre ante su pajarito cantor y él al decirle: estamos salvados y yo te perdono todo.

Nora era capaz de matarse pues esperaba que Torvaldo la defendiera ante la sociedad que la acusaría de falsificadora echándose la culpa, pero qué equivocada estaba, su gran marido la culpó y ni siquiera se digno a agradecerle el que su mujercita corriera semejante riesgo por él.

¿Casa de muñecas?, Es obvio el titulo, las mujeres eran consideradas muñecas para lucir, sin otras aptitudes ni cerebro y cuyo único trabajo era igual que el de un mueble: lucir, dejar bien visto al marido por su buen gusto y en condiciones optimas, no jugar otro rol que el de una muñeca, con la cual se juega cuando se tiene ganas y se ríe de sus gracias y belleza, pero fuera de eso nada.

Al final Nora aprende que es importante valorarse y renuncia a volver ser utilizada como una muñeca, pues esta consciente que tiene cerebro y merece el mismo respeto y trato que los hombres, se propone a educarse y elige hacerlo sola sin aceptar la ayuda de Torvaldo, pues su ayuda simplemente la humillaría aún más de lo que ya estaba.

Lindo Fin